jueves, 18 de diciembre de 2008

Huelga general en Gorkhaland


Una vez recompuestos los animos otras puertas se nos abrian, esto es tan grande que pararse ante una puerta cerrada era no solo una perdida de tiempo sino de energia (vital) asi que manos a la obra.
Pero hoy no, 11 de diciembre no era el dia mas propicio para ello, los paisanos de la zona, etnia Gurka (Gorkha) estaban de huelga general, sus reivindicaciones independentistas se complementaban con acciones de este tipo por toda la provincia, Sikkim y alrededores.
El seguimiento fue masivo, no habia ningun negocio, fuera de la hosteleria, que estuviera abierto, para muchos guiris no era mas que un desagradable inconveniente, nadie sabia donde desayunar ni comer ni comprar, para nosotros, tras el dascalabro de ayer, fue un dia de tranquilidad absoluta y tomamos la opcion de pasear a pie por la carretera hasta el pueblo de Goom a 8 km.
Fue un paseo estupendo con algunas anecdotas muy sonoras.
A la salida del Darjeeling hay un monasterio budista enorme, muy colorido y adornado como suelen estarlo este tipo de monasterios. Al volver de una curva cerrada te lo encuentras encima tuyo, un estridente sonido de campanas tibetanas, cuernos, timbales, cascabeles y voces nos recibio como una ducha. Tras una breve parada para la correspondiente foto seguimos nuestro paseo por la tranquila carretera con apenas trafico. El dia de huelga general ha conseguido que un paseo por la sinuosa carretera sea no solo reconfortante sino tambien muy tranquilo, ya no es necesario andar con mil terceros ojos para evitar el atropello, ni tampoco soportar el estridente sonido de mil bocinas tocando reiterativamente el claxon como si ello diera mas velocidad a las maquinas.
La curiosidad vino cuando nos dimos cuenta que cada vez que torciamos una curva desde la que se divisaba el monasterio, cada vez mas lejano, volviamos a escuchar el maremagnun de sonidos estridentes que surgia de su interior. Llegamos a la conclusion de que, o bien, habia un monje en una ventana provisto de prismaticos y que cuando nos veia aparecer por la siguiente curva, accionaba diligentemente el interruptor de algun sofisticado reproductor de ultima generacion, o bien que no necesitaba el instrumento optico y lo que hacia eran practicas de telepatia y otras extraordinaris percepciones fuera de nuestra limitada comprension occidental, todo para hacernos sentir mas en el ambiente que los turistas anhelan por estas tierras.
Caminando, con tranquilidad pero sin apenas pausas, respirar, beber,observar, saludar, solo haciendo las cosas importantes del camino, fuimos testigos de juegos de niños sin medios pero con imaginacion, grupos de mujeres Gorkhas en huelga de hambre, actividades cotidianas de gente sencilla, la vida al borde de la carretera. Mientras los turistan deambulaban perdidos por un Darjeeling cerrado, Juan y yo vimos a personas en su dia a dia, sin la pesadumbre del trabajo diario, vida dura pero de la que sacan todo lo que pueden. Un grupode niños jugando al tejo, sorprendidos y carcajeandose de un guiri como yo haciendo el payaso. Se nos ocurrio mientras planeabamos este periplo, llevar una nariz de payaso, la tipica bola roja de plastico, para darles a los niños algo distinto a dinero o caramelos, una sorpresa.
Las reacciones eran dispares, algunos te miran boquiabiertos sin comprender porque se me ponia tan roja la nariz, otros, quizas mas despiertos y/o informados, reian a mandibula batiente, la niña que jugaba al tejo, la que tenia que mover la piedra a pata coja por el entramado del dibujo pintado sobre el asfalto, apenas podia mantener el equilibrio de pura risa mientras yo gesticulaba delante suya para delicia de sus compañeros de juego. Ser un payaso endulza sobre todo el espiritu del que se ofrece, perder el sentido del ridiculo es terapeutico y rejuvenece, y de paso, te hace sentir distinto a tanto turista como por estas tierras acabas viendo. Ademas he sido payaso antes que viajero. Pero eso es otra historia.
A la vuelta del paseo nos recogimos para dormir temprano, nuestro horizonte para mañana era irnos a Sikkim, acercarnos a los gigantes de piedra. Y cambiar de hotel. (el nuevo el de la foto, Old Bellavue Guest, mas barato, amplio y con ventanas)
Salud

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