viernes, 16 de enero de 2009

Burocracia, Kaftka era hindú.

Recogida del salvoconducto y tarjetas, la visa de salida (exit visa).
Nos acercamos a la embajada una mañana antes de las fiestas navideñas, tras una corta espera me dieron a elegir entre salvoonducto o nuevo pasaporte, elegi lo primero por lo exotico del nombre, me recordaba peliculas de piratas y agentes secretos, un par de fotos y desaparecen tras las puertas, media hora mas tarde tenia un papel que deica en dos idiomas que yo era yo, a esto lo llamamos identidad, me pregunto que soy realmente para la burocracia.
Nos vamos con una despedida de las funcionaria y salimos por la puerta grande, en canto se cierra tras de nos, la memoria se enciende y nos damos la vuelta para llamar de nuevo a ella, las tarjetas, se me olvido preguntar por ellas alli dentro, de nuevo al fresco del aire acondicionado del interior y a por las tarjetas que mi hermano Guillermo se ocupo de pedirme y mandarme diligentemente sacando tiempo de donde no lo tenia.
Despues a por el tramite en la oficina de FRRO, ya me aviso la funcionaria que el tramite era gratuito pero elgesto de su mirada debia haberme puesto sobreaviso. Tomamos un taxi hasta las susodichas oficinas, un edificio que me recordaba a la Universidad Laboral donde estudie bachillerato, ladrillos rojos y pasillos cubiertos.
El sitio donde nos mandaron era un batiburrillo de gente variopinta y multilingual, colas sobre colas, salvo los pakistanies que eran llevados a un cuarto aparte para interrogarlos. Preguntamos para asegurarnos que aquello era gratis, el salvoconducto y una fotocopia del visado de entrada a la india era todo lo que llevaba, por lo visto solo necesitaba que me pusieran un sello en el salvoconducto para poder salir del pais.
En esto que un funcionario de los que deambulan por alli se fija en nosotros y se acaba acercando para preguntarnos, parecia deferencia al turista y acabo siendo una inversion de futuros, se deja ver de una mesa a otra, pregunta por alli, desaparece, vuelve y pregunta por aca y al cabo de unos ciclos nos hace una seña y nos lleva a una de los puestos del mostrador, el que hace esquina escondido, se sienta y con un susurro apenas entendido nos dice "mmni" ¿que dice este? le espeto a juan a mi vera, repite "mmni" juan se acerca y el tipo se cubre la boca con la mano "mmni", juan se vuelve y me dice, "este tio nos pide dinero" ¡¡mecagontó!!, numerito polimalobueno, pide 2000 y acabamos con 500, dentro de lo malo no esta mal, se nota la experiencia de los dias vividos. De repente soy poseedor de un salvoconducto perfectamente legal conseguido a base de sobornos, porque el debate interno era el siguiente: liarla parda con la posibilidad de "pérdida" de mis papeles traspapelados o acoquinar regateando lo mejor posible, lo mas practico alli era regatear y esperar no topar con un muro. Esa fue nuestra eleccion y esos fueron los resultados, un recuerdo exotico mas pa la saca.

martes, 13 de enero de 2009

Hacia Nueva Delhi otra vez

La ultima parte del recorrido de vuelta fue como un despertar lento, desde que llegamos hace 22 horas a la estación de Varanasi solo tuvimos tiempo para comer unas samosas picantes de los vendedores ambulantes del tren y una cena sobre la litera encorvados hacia el plato.
Pero no adelantemos acontecimientos. Estamos en la estación de Varanasi Juntion, ya resuelta la incógnita del anden adecuado nos apartamos hasta un lugar para la espera.
Puesto que ésta era larga decidimos que uno fuera a por algo de fruta para el trayecto, así que me fui a dar una vuelta por los alrededores de la estación. Tras una primera toma de contacto con los escasos puestos con fruta de las cercanías me fui a dar una vuelta mas lejos. No estaba atinado con la dirección correcta y tras una larga caminata encontré otro puesto mas humilde en un cruce, les negocie unos plátanos y mandarinas escribiendo cifras sobre el billete con que les pagaría mas tarde. A la vuelta Juan se dio unos paseos por los andenes y poco a poco el tiempo fue pasando por delante de nuestros ojos.
Primates

Varanasi esta llena de monos hasta el punto que se crean normas y leyes para regular los lugares donde no se les puede dar de comer. En la estación había una verdadera pandilla de matones del gremio primate. A la vista de una bolsa de plástico bufaban prestos a ver que podían sacar. Sin miedo se te echan encima intentando darte un zarpazo y arrebatártela, si les haces frente, te amenazan sin cortarse un pelo.
Esquivando monos nos encontrábamos hasta que aparece un señor mayor con un listado enorme en sus manos preguntando por nuestro billete para confirmar el vagón y litera. Con una visión que calificaría de poco nítida, y unas enormes gafas que se le caían constantemente, nos buscaba entre tantas lineas de nombres y números. Encontramos que había un cambio en la lista y quedó en llevarnos al vagón cuando llegara el tren.
Tras un poco de duda acabé por confiar en que vendría y me puse a observar los alrededores para vigilar a los monos.


El tren hace su aparición y también el señor de las listas que nos recoge y nos lleva hasta el ansiado vagón, limpio, vacío, que raro.
¡¡Efectivamente!! un rato después llega el revisor del tren y nos confirma el billete pero no el vagón, nos traslada un par de vagones mas allá y llegamos por fin a nuestro destino, literas AC3.
El trayecto no fue especialmente reseñable, esta vez no hubo merodeadores de mención ni nada mas que ronquidos a los cuales me sumé. Pasamos el tiempo con charlas, bromas y paseos a la puerta del tren en marcha para ver pasar el paisaje y a las gentes que viven aquí.

Finalmente llegamos a la urbe con tiempo suficiente para darnos un baño y salir a cenar algo potente pues había apetito. El el Hotel Namaskar nos esperaban sonrientes con las llaves de la habitación que me dieron el día que llegué, le habían dado una mano de pintura y tan panchos a secarla a base de inspiraciones, altamente toxico, nanay de la china, que otro cuarto, y tenemos el 37 que tiene hasta ventana, perfecto.
Me asomo a saludar a Abhinav Khari, una de las personas que mas traté durante mis primeros días en la India.
Namaste Abhinav Khari!!

Cenando es donde acabamos ese día como muchos otros, esta vez me toco Nepali thali, riquísimo, cada día me lo como con mas gula.
Salud