miércoles, 31 de diciembre de 2008

Kashi Vishwanath Express


Cruce de trenes a mitad del camino hacia Varanasi

Volvamos atrás en el tiempo y el espacio. Estamos en Siliguri hace una semana, recién llegados desde Darjeeling. Hemos llegado ya anochecido y despues de lo mas importante, donde poner el huevo, nos vamos directos a la oficina de reservas de la estación de trenes de Siliguri. Unas preguntas a una hindú que atendia simultaneamente a tres personas distintas tras una ventanilla nos llevan al interior de la misma oficina donde un hindú hacia cuentas en un libro mayor. Tras una espera no demasiado larga, en la que estuve tentado de prestarle mi calculadora al verlo hacer las cuentas de memoria y moviendo los dedos, cuantas de seis cifras y varias decenas de sumandos, como decía termino por atendernos. Dada la hora y las ganas de irnos a cenar, con breves palabras le expusimos a donde queríamos llegar, "ai nid a trein tu Varanasi mister".
Unos golpes de teclas, consultas de los libros de composiciones de trenes y la respuesta nos llega poco convincente. La unica combinacion que encuentra supone un viaje de 22 horas (mas retrasos) para salir al día siguiente por la mañana. Insistimos en que busque otra combinación de menos horas y reitera que "Biruli birula, lakilaki lakila" (o algo así) eso es lo que hay.
Nos vamos poco convencidos para volver a la mañana siguiente a ver que hay y de camino a la cena se nos ocurre preguntar en alguna de las múltiples oficinas de reservas de viajes que hay cada cinco metros, que es justo el ancho de los locales que ocupan. Sabemos que habrá que pagar comisión por ello pero nada se pierde por preguntar. Asi preguntando acabamos por enterarnos del truco para conseguir billete en el tren que te convenga, consiste en comprar un billete desde una o varias estaciones anteriores a tu punto de partida y hasta alguna estacion posterior a tu destino, con ello consigues mas puntos para conseguir la reserva y de paso incrementarle la comision al agente de viajes que te sonríe moviendo la cabeza afirmativamente al modo hindi (traducido) "si, si mensahib, tu jandred forti rupi del ala por el truco del almendruco, mister".
Dada la urgencia por salir de aquel nudo de comunicaciones acabamos por comprar el billete para salir dos días después a la mañana y así aprovechar el viaje de noche para ahorrarnos otra noche de hotel y disfrutar de las delicias del viaje en el Mahananda Express. (nota del escritor, ver la entrada correspondiente ya publicada)
Al día siguiente, ya sin ningún tipo prisa, nos dirigimos al mostrador de reservas para comprar el trayecto de salida desde Varanasi y así tener los billetes ya comprados. Para ahorrar esperas llevamos hechos los formularios para confirmar el trayecto, viajeros, nombre de nuestros padres y motivo del viaje. nos indican por señas que se abrirá una ventanilla para esos menesteres y alli nos apostamos ambos, codos en ristre ocupando un metro y medio del mostrador para evitar que la persona que nos atienda tenga a su vez que atender a otros tres o cuatro hindúes con mucha prisa y mas cara. Vemos aparecer al funcionario de los ferrocarriles, una persona joven y aseada, que se sienta, arranca la maquina y sube la mirada hacia la ventanilla que ocupamos.
En un descuido del domador de leones, el tigre de mompracem salta la barrera que suponemos infranqueable y le mete el brazo por la ventanilla al funcionario soltándole un par de papeles y una retahíla de términos que solo el atento funcionario entiende. O casi, pues Juan a mi lado, cada vez mas colorao de indignación por la hábil finta del hindú y el cuele correspondiente.
Un cruce de palabras entrambos que tampoco entendí pero que intuí poco amable, un cerrar filas por si alguien quisiera aprovechar el desconcierto, un par de miradas furiosas de los bárbaros del oeste (nosotros) y el atento funcionario, con una eficiencia digna del mejor de los currelas, ese al que al final van todas las tareas que los demás hacen como que no saben hacer, y ya tenemos un billete para el día 20 que sale a las 13:45 desde Varanasi Juntion, la estación de la mismísima ciudad, el tren se llama Kashi Vishwanath Express.

Viajemos en el tiempo de nuevo, hoy es día 20 de diciembre, son las 12:00 y estamos dando vueltas por Varanasi buscando una oficina de correos para comprarle sellos a las postales que llevamos en las manos, reblandecidas estas por el sudor que nos corre por todo el cuerpo. Después de casi media hora encontramos una post office y raudos nos dirigimos a la ventanilla cuyo cartel, garabateado a mano con un rotulador, reza: "only foreingers, sales stamps"
Lo malo de hacer preguntas obvias es que recibes respuestas que no lo son tanto, si metes la cabeza por esa ventanilla para preguntar si es allí donde venden sellos acaban respondiéndote, "Sorry sir, no stamps, to the central post office", para que sigas disfrutando de las vistas de esta ciudad tan sagrada. De nuevo a buscar, preguntar, buscar y reír, porque si no te ríes estas perdido. El caso es que eran ya las 12:30 casi cuando encontramos por fin la oficina central de correos y se nos habían adelantado algo así como trescientos setenta y siete hindúes con una paciencia infinita para las colas, tanto en un extremo como en el otro, eso contando con los que se escurrían buscando cualquier despiste para colarse como si no fuera con ellos eso de esperar pacientemente. Karma.


Un tren infinito tragado por la bruma, también infinita

Visto lo visto y la hora que era, decidimos mandar las postales de Varanasi desde Delhi que nos quedaba mas cerca, así que a correr para el hotel, liquidar la cuenta, recoger a toda prisa el petate y los ajuares (se nos olvido allí el sagrado papel higiénico, doble capa, extra suave y perfumado, la ultima reserva de papel original del terruño) y a salir por patas a sortear con hábiles regates a todo quisque que pretenda sacarnos los hígados por un viaje de 3 kilómetros. Por fortuna nos sale al paso un tipo que hizo gala de poca codicia y nos gano para el trayecto hasta la estación, se gano por ello la correspondiente propina.
Varanasi Juntion tiene 9 andenes y los recorrimos todos desesperados por no perder un tren que no reconocíamos por ningún lado, le preguntaban a uno y te mandaba al anden 9, le preguntabas a otro y te mandaba al uno, teníamos allí a los hindúes haciendo apuestas a ver quien reventaba antes de puro agotamiento, son muy aficionados a las apuestas por aquí. Eran las 13: 40 y teníamos el rostro desencajado, sudoroso y congestionado. La desesperación pintada en dos pares de ojos muy abiertos e inyectados en sangre.
Me fijo que hay un hindú muy trajeado y le veo una chapa en la camisa que pone algo sobre información turística atendiendo a unos guiris como nosotros, una chica me reconoce, coincidimos una vez en Delhi en el Raju Internet y nos saludamos afectivamente. Nuestro tren llegara con cuatro horas de retraso. !!!Esto es la India!!! No te apures y olvida las prisas, los perjudicados serán solo los apostadores que tendrán que buscar otra cosa con la que apostar. (continuara)
A partir de aqui escribo desde mi casa, he conseguido llegar hasta ella a pesar de no traer pasaporte, solo un salvoconducto que nadie parece reconocer cuando lo enseño en los múltiples controles por los que hay que pasar para llegar hasta aquí y el único donde podrían reconocerlo, al llegar a Málaga, ni me lo pidieron, cosas del espacio Schengen.

Salud.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Afinando con el regateo y los regates !!una jarta de complicao!!


Durante los cinco dias que pasamos en Varanasi no hubo dia en el que el regateo y los regates no estuvieran presentes.
Para moverte, para comprar cualquier cosa, para asomarte a una esquina, para preguntar, quitandote los zapatos, cuando te sientas, basta pararte para tener que usar del ingenio , la paciencia y la capacidad de aguante.
Vas paseando por la calle, comentando la jugada con el compa, y ya te han calado.
?Españolo? !si! ! ah! Hola hola, cocacola, mira mira Cashemira, estribillo al que hemos añadido la frase "vaya caca de la vaca"(nota para conocimiento de los proximos visitantes de la India).
La respuesta es rapida y contundente y no es raro encontrar a quienes saben incluso conversar algo en castellano.
El ejemplo Rahul, que desde el primer dia nos estuvo viendo cada mañana al salir del dedalo de callejas que se llama Godalia.
Cada dia se nos pegaba preguntando cuando ibamos a ir a su tienda a comprarle de todo, muy simpático pero insistente, como respuesta recibio una posibilidad futura de ir por allá antes de irnos.
Buscando callejones poco frecuentados por los viajeros anduvimos por zonas fuera del circulo próximo a Godaulia para ver algo mas que lo que sale en las postales. Nos fuimos a ver un templo, que era mas del saber que del creer, pues lo que tenia en su interior era un mapa en relieve (hecho en mármol) de todo el subcontinente, con la parte relativa a los Himalayas especialmente llamativa.








Para llegar a el, a 4 km de distancia, habia que andar o tomar un ricksaw. Al llegar al cruce donde tienen su parada te recibe un constante requerimiento de subir a su vehiculo con el tipico movimiento de cabeza que aqui significa "subete a mi motocarro sin preguntar el precio que te vas a enterar". Nosotros, viajeros novato-veteranos ya les entrabamos con la pregunta del precio para Mantra Mata Mandir, que era nuestro destino.
En otra entrada posterior ya daremos pistas de las cuestiones practicas de un viaje a la India, aqui solo adelantaremos que tomamos como norma no premiar la codicia.
A una oferta desorbitada respondiamos con un aspaviento exagerado y directos al siguiente conductor, asi hasta que la oferta bajaba de una determinada cantidad. Los mas desalmados no dudaban en pedir el sueldo de dos semanas a ver si colaba, doscientas, quinientas, trescientas por un viaje de 30 rupias. !Cuantos turistas no habran pagado los que les pedian a la primera!.
Cuando la cosa se ponia dura, por eso de que se ponen de acuerdo en la parada para no bajar de una cantidad, entonces tocaba comenzar a caminar y acercarse poco a poco al destino hasta que conseguiamos un buen precio. Despues de andar uno de los 4 km conseguimos subir a uno que acepto el precio de 50 por el viaje. A los 200 metros se para para pedirnos mas dinero, tardamos menos de dos segundos en bajarnos del cacharro para dejarlo descompuesto y sin pasajeros. Seguimos caminando, y como ya sabiamos la direccion acabamos por llegar paseando, en medio del ruidoso trafico, hasta que por fin nos pudimos quitar los zapatos para entrar.
A la vuelta decidimos cortar camino a traves de uno de los barrios musulmanes con un ambiente muy distinto del de Godalia. Un paseo en el que apenas nos cruzamos con turistas y en el que vimos parte de la Varanasi menos postalera. Callejones llenos de musulmanes mezclados con hinduistas, comercios de todo tipo para los locales, grupos de niños vociferantes y alegres a los que sorprendimos con un numero comico basado en la sempiterna nariz roja, una cisterna o estanque abierto junto a un pequeño templo aledaño a una de las multiples mezquitas de la ciudad, en el cielo cometas, cometas, cometas.


Orientandonos por el sol acabamos dando con el extremo noroeste de Godaulia tras cruzar la calle Chauk. Elegimos uno de los callejones que teniamos enfrente, tan estrecho como oscuro, y fuimos a parar a la entrada de un templo hindu protegido por la policia armada (años atras fue asaltado por musulmanes exaltados por otro asalto a una mezquita realizado por hinduistas exaltados, donde las dan las toman), en la puerta una turista con cara de asombro porque no la dejaban pasar y a su pareja si, de hecho el tio siguio para adelante y la dejo atras, descompuesta y sin novio. Seguro que esa noche el iba a dormir calentito. Casi todos los puestos y tiendas de la zona estaban dedicados a ofrendas religiosas y tras caminar otro poco acabamos donde estaban los tallistas de lingams. Preguntas al primero, te pide tanto, le preguntas al siguiente medio metro mas alla y te pide tanto menos 1, das dos pasos y el siguiente te pide tanto menos 2, no es asi exactamente pero casi. Ya conseguiste tu pequeño lingam con su yoni tallado en piedra por 20 rupias. Precio para hinduistas 2 rupias. Primera oferta 100 rupias.
La cosa se pone mas dificil para comprar ropa, sobre todo la buena, aunque la de calidad turista les reporta mas beneficios a los comerciantes porque estadisticamente te la clavan mas veces. Ahora toca continuar con la historia de Rahul. El dia antes de partir fuimos alla para acercarnos a su tienda, despues de tantos y efusivos saludos intercambiados esos dias no podiamos hacer otra cosa. Soliamos hacer el truco del polimalo-polibueno para meternos en las tiendas de los bazares, uno se muestra interesado y el otro examina exahustivamente las mercancias con gesto adusto haciendo aspavientos de vez en cuando. Como el tal rahul sabia algo de castellano, todos han tenido un primo rulando por barcelona, pues haciamos mas gestos que palabras. Juan comenzo a probarse camisas, unas mas anchas que otras pero todas estrechas para el, ,mientras conseguia acordar un precio que le parecio correcto. Como no encontro camisas de su talla le ofrecieron hacersela alli mismo en un par de horas, le tomaron medidas en el taller de costura enfrente del su tienda, le enseñaron la tela igual que la de las camisas que le gustaron y le subieron el precio por ser de encargo, mas o menos el doble del precio regateado. Ademas de dejar una señal a cuenta.
Puesto que teníamos dos horas nos fuimos hacia el sur a visitar la zona de los ghats menos vista hasta llegar a la mismísima orilla del Ganges sin nada mas que vacas, vaqueros, y cacas de vaca y vaqueros.


En ese extremo de la zona empedrada había un certamen de dibujo donde jóvenes estudiantes realizaban carteles acerca del terrorismo con los sucesos de Mombay aun cercanos.
Fijándome en ellos me pare a observar a un muchacho cuyo cartel, realizado con acuarelas y tempera, tenia muy buena técnica a mi entender y se lo hice saber con mi pobre ingles. Al día siguiente los expusieron en ese mismo espacio colgados de un cordel tendido entre farolas, arboles y columnas. Observando de cerca los carteles acabe siendo objeto de una grabación en vídeo por parte de algún familiar o profesor que, para que yo saliera entero, hizo apartarse a una mendiga, con niño en ristre cual herramienta de trabajo,y que no paraba de agarrarme de la manga para que me compadeciera de ambos por la mugre que acumulaban. La explotación infantil por la mendicidad es moneda común en los sitios mas frecuentados. Me niego a fomentarla y me entran ganas de cubrir de improperios a los turistas que la fomentan dando limosnas con tal de quitarse a los mendigos de encima.
Pasaron las dos horas y para alla que nos fuimos a la tienda de Rahul. Allí los encontramos, felices, exultantes y contentos, Rahul, el padre de Rahul y el sastre de Rahul con una camisa extendida sobre el mullido suelo de la tienda.
Lo primero que me llamo la atención de la nueva camisa es que tenia los mismos pliegues de haber estado metida en una bolsa como la camisa que le enseñaron pero que le estaba estrecha. Nuevo examen minucioso y descubro, casualidad de casualidades, el mismo defecto en la costura de una de las mangas, las mismas costuras desalineadas en el cuello, !!por el bien amado Ganesh que era la misma camisa!!. Aspavientos, amplia gesticulación latina, poner la mano y pedir los dineros entregados. Ante tamaña desvergüenza nos fuimos indignados a buscar otro comercio del bazar. Regateos, fintas, polimalo-polibueno y después de todo lo dicho acabamos encontrando mejores precios y sin trucos. Seguro que a un buen precio para el certero comerciante al que le caímos del cielo.
En definitiva, dejarse llevar por el primero que pasa y te ofrece el oro y el moro con amplia sonrisa suele llevarte a una camisa recién hecha con pliegues antiguos. en cualquier caso, la única forma certera y fiable de saber cual es el precio verdadero en la india es ser indio o haberle salvado la vida a un indio y que te lo agradezca de veras convirtiéndose en tu mas fiel amigo siempre y cuando este, el indio al que salvaste la vida, no sea comerciante.


Hasta aqui lo concerniente al regateo, ahora toca hablar de los regates. Regate es cuando consigues escurrirte con una hábil maniobra o con escurridiza finta. En la India no se juega mucho al fútbol porque no se quiere que la gente sepa cuadrar lo de los regates, esa es mi impresión, pues para sobrevivir como viajero hay que entrenar y mucho.
Pongamos por caso un día normal, de esos que te levantas después de un buen sueño y con hambre. Sales a la calle y toca quiebro de cintura para evitar a la sagrada vaca que sube por la calle como si esta fuera suya, que lo es, dejando caer allá y acullá unas buenas bostas fresquitas, por lo reciente de las mismas, humeantes de vapor y blanditas, lo suyo para amargarle al mañana al pinrel en su chancleta que tan ricamente has lavado y secado hace un rato, finta a un lado , luego quiebro al lado contrario, te internas por la banda.
Por la banda vas como quien sale de paseo por callejones estrechos como del ancho de tus brazos extendidos pero un guirigay de bocinas y pitidos te va diciendo que, o te apartas o te pasan por encima sin miramientos, en esta vida o en cualquiera de las reencarnaciones del indio que va encima de la moto con el dedo pegado al pulsador del claxon. Aquí las motos y coches llevan el mecanismo del claxon al contrario que en occidente, cuando lo pulsas deja de sonar.
Apartas la cadera al unisono que los brazos para que no tener que hacer la llamada al seguro medico que contrataste y descubrir que no te cubre los accidentes de circulación por atropello en todo el territorio indostano.
Milagrosamente llegas a los ghats incólume pero con el precalentamiento hecho para enfrentarte a la vanguardia del equipo contrario, una hilera de delanteros dispuestos a hacerte sinuoso el trayecto desde un ghat a otro.
El viajero intrépido se interna por la banda creyéndose al margen de miradas pero le sale al paso un "Namaste mister, A boat?", dos cortos no "thank you" seguidos de un " very much" que son recibidos con "A bout sir, tu jandre rupi". Con un quiebro de cintura arremetes con un "nahin, nahin plis" que encuentra de frente a una niña de ojos grandes "A puya sir, forti rupi, sir" y antes de lanzarle un "no zenkiu tu veri mach" te salen al paso de nuevo con "a bout veri chip, uan jandre fifti, sir", intentas pasarle al compañero pero ves que esta rodeado por todos los lados y en una hábil maniobre recuerdas las palabras magicas "vaagho" y de repente llega la paz. Hasta que das dos pasos mas y de nuevo se suena el pitido de inicio de otro partido. Regates y mas regates hasta la hora de llegar a dormir al hotel.


Ese hotel tan tranquilo, donde al registrarte, tienes que poner todos tus datos, hasta el nombre de tu padre, y finalmente firmar un papel donde te comprometes a no usar ningún tipo de sustancia narcotizante pues estas en el mismísimo centro de la sagrada ciudad de Varanasi. Son las diez de la noche, te has recogido tras los regateos y regates, es la hora de toque de queda en el hotel y no importa porque no queda nada abierto (o casi) en Godaulia.
Una relajante ducha, tender la ropa a secar, acostarte para el justo descanso de tanta batalla regateril, comentar las anécdotas del día y poco a poco conciliar el sueño de los justos. Son las 12:20, un estruendo de campanas llena la ciudad, el templo junto al hotel esta de ceremonias rituales que se repiten cada dos horas durante toda la noche, entonces comprendes porque te han hecho firmar ese papel acerca de los narcóticos. No quieren que por nada del mundo te pierdas la espiritualidad de la ciudad que baña el sagrado Ganga, !!!menuda ganga!!!.
Menos mal que hemos tenido la feliz ocurrencia de traer tapones de goma para las orejas. Todo un acierto que no dejaremos de recomendar a los intrepidos viajeros.
Salud.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Gurus, santones y picaros de todo tipo


El despertar tras un primer sueño me supuso llegar de nuevo a Varanasi. Volvió Juan para recogerme, el no se había acostado y aprovecho, como no, para irse a comer. Bajando a la recepción le preguntamos al "manager" si nos podía recomendar algún sitio para cenar. No solo nos recomendó tres sitios sino que al primero al que fuimos fue el que se llevo la palma.
Juan, experto conocedor de la lengua de Shakespeare, no se percato que al mencionar uno de los lugares salio la palabra garden de su boca, yo que no domino el idioma bárbaro, si que me percate, y le comente, que mejor garden que regarden, así que nos fuimos paya (para allá, traducción para los no andaluces).
Un restaurante con un templo por jardín, con vacas y monos, lo suyo para ponerse en situación.
La comida no era excelente pero casi y muy disfrutona, de hecho lo elegimos como barco insignia de nuestra singladura gastronómica en Varanasi.
Phulwari es el nombre de tan grato recuerdo a nuestro paladar, cerca de la calle principal que va hacia el Río y con una entrada impresionante si te fijas. Una fachada labrada en piedra como de encaje.
Esa primera noche nos pusimos malos de puro goce, !!que pecha de come!! después nos fuimos al Río por el lugar mas céntrico donde nos dijeron había una celebración ritual que al final resulto que era diaria.
Campanas, cascabeles, sitar, tablas y una canción repetitiva que llenaba todo el ambiente gracias a unos potentes altavoces que algunos fieles locales usaban como auriculares.
Mi primera impresión fue de haber desembarcado en Benidorm o Torremolinos pero tras volver la cabeza y observar a hindues devotos, que habían llegado desde remotos lugares, siguiendo con atención los ritos tuve que reconsiderar ese pensamiento. Juzgar con ojos occidentales solo lleva a conclusiones occidentales. Aprendizaje.
En cualquier caso no soy devoto y por tanto la mística no es ni mi fuerte ni mi finalidad, por lo que mi visión, como la de cualquier otro/a, es sesgada, entiéndase por tanto como tal.
Muchos místicos buscándose a si mismos, pero sin parar a mirarse, abundan por Varanasi, también pijis repletos de piercings y tatuajes, comprando como posesos, gurus que se ganan la vida posando para los turistas, otros de la corriente tantra follándose a turistas para mayor gloria del karma, turistas dejándose llevar por las corrientes creyendo que eso los santifica y cura de todo mal, gentes capaces de viajar miles de kilómetros solo para ponerse ciegos de opio, todos ellos mezclados con gente humilde que vive y deja vivir, niños harapientos llevando el sustento a sus casas y que cuando crecen deben buscarse otra forma de sacar dinero distinta pues a partir de una edad no inspiran tanta lastima a los bárbaros del oeste.
Varanasi es a la vez un escaparate y un recinto personal e intimo.


Me junto con toda clase de delincuentes, reza la canción de Veneno, andando por las callejuelas de Varanasi tienes esa sensación solo si miras la cascara, cuando escarbas encuentras felicidades y tristezas, triunfos y derrotas, fortalezas y debilidades, claridad y sombras. Una ciudad que te recibe con una lucha entre pájaros, cuervos contra mochuelos, unos en cuadrilla, otros en solitario. Los cuervos arrinconaron al mochuelo que al día siguiente seguía allí.
El rio sigue su curso, nosotros nuestro camino, un camino que vamos construyendo día a día, como la vida misma cuando se vive, no hay plan, solo ganas de vivir.


Mi encuentro con la ciudad y el rio no ha sido como los retratos de las postales, sin embargo, a pesar de mi poco misticismo soñe una noche algo que debia gritarle al Ganges desde sus escalones.
"Me llamo Manuel Portilla Fernandez, hijo de Manuel Portilla Bernal y de Victoria Fernandez Gutierrez, soy de El Palo, en Malaga, a orillas del Mediterraneo y he venido a decirte que algun dia tus aguas se mezclaran con las aguas que bañan mis playas y ese dia las particulas que una vez fueron YO estaran entre vosotras, sera entonces un mundo diferente a este y espero que mejor"
Como ya he dicho, no tengo un alma que salvar, por ello no acabare aqui mi entrada sobre los dias pasados en Varanasi sin mencionar lo menos mencionado. Los mil afluentes del Ganges.
Es cosa comun que todo hijo de Vishnu cuando tiene ganas de darle una alegria a su canario busque un rincon apropiado para dar rienda suelta al frenesi miccionador, usease, cambiarle el agua al canario, o mas prosaicamente dicho, echar una meada.
No hay lugar mas propicio a ello que los multiples muros que bordean las orillas. Eso significa que cuando paseas de noche cerca del rio, ves como fluyen alegres y caudalosos los mil afluentes que van a dar al sagrado rio, que luego sera baño obligado para los fieles y temerosos del numeroso panteon hinduista.


Basta darse un paseo a lo largo de la orilla, da igual la hora, para ir saltando los arroyos cantaOrines procurando no tropezar ni caer, ni dejar caer nada, pues lo que toque el suelo seguro que salpica, por lo que hay que darlo por perdido, salvo que lo tuyo sean los deportes de riesgo extremo, quieras probar tu seguro de extradición por causa de enfermedad grave o simplemente quieres experimentar una enfermedad múltiple y salir en la tele y las revistas especializadas.
No era nuestro caso, por lo que nuestra atenciones se reparten entre no caer, no salpicar, comer bien, observar y reir. Mi amistad con Juan, y la suya conmigo, esta saliendo reforzada cada dia que pasa, para goce de nuestras mentes mortales.
Nos maravillamos con cosas sencillas, una factoría del paneer (requeson), un paseo por un barrio musulmán poco frecuentado por los foráneos (el miedo es mu malo), los corrillos de apuestas del cricquet (se juegan la pasta que le sacan a los guiris), el vuelo con aleteo de las centenares de cometas que en todo momento sobrevuelan los cielos grises.
Pero lo mejor son los juegos imaginativos de los chavales que aprovechan muros tumbados para recrear una suerte de frontón a tres no competitivo sino cooperativo. Elementos necesarios, una bola sin medidas concretas pero manejable, una alpargata o chancleta o sustituto funcional, equilibrio y resistencia. El juego consiste en no dejar que la bola toque el suelo llano de mas abajo. Para ello se ponen a tres alturas distintas del muro tumbado y, si el primero no le da, el siguiente debe darle o el de atrás. Espectacular.
Salud.

Frio 1, sol 1, nubes 4










































La llegada a Mugal Sarai, el nudo ferroviario principal para llegar a Varanasi, es un lugar desolado a las 4:30 de la madrugada.

Gente tumbada por los suelos de los andenes, buscavidas a la caza de los primeros recien llegados, y ese dia, ademas, un viento frio que se acentuaba dentro del rickshaw, mas por la poca proteccion frente al aire que por la velocidad que alcanza.
Hicimos caso del primero que nos vino pues nos ofrecio un precio que nos parecio bueno a esa hora. Recien bajados del tren, yo en pantuflas y con el grano a cuestas nos fuimos dando tumbos para la milenaria ciudad.
Al menos no nos comimos el caos de trafico que en este lugar es norma y en media hora llegamos al barrio de Godaulia. En el camino el conductor paro para recoger a un tocayo que segun nos dijo era su relevo para el turno de manÑana (esta Ñ es un regalo que me acaba de mandar mi hermano Victor, !!GENIAL!!). Cuando paro el vehiculo en un callejon oscuro y maloliente nos dijo con un gesto que el hotel Alka estaba "palla" y nos quiso cobrar alli mismo cosa a la que nos negamos pues el trato era llegar al hotel.
Tras una marcha que me parecio larga por fin llegamos a la puerta del hotel cerrada a cal y canto, "dont worry" dice el tipo y pega un par de porrazos a la puerta. No hay habitaciones libres de momento, hay que esperar hasta las 10 o las 12, le pedimos dejar alli los macutos hasta esa hora y sin problemas. Directo a ver los gats de madrugada. El frio se me acumulaba desde los pinreles hasta los corvejones acrecentado por la humedad reinante. El primer contacto con el balcon de Varanasi al Ganges (Ganga en hindi) fue poco habitual para un recien llegado como yo, apenas gente, los mas madrugadores o los que menos dormian, se acercaban para ver si queriamos algo de ellos, "Boat sir?" nos dijo acercandose quien a continuacion se presento, mister Banana dijo que se llamaba, nos presento a sus dos hijas que se preparaban para una ronda de venta de pujas a los turistas tempraneros, en ese momento nosotros, antes de ir a la escuela para aprender ingles que es de gran porvenir. Osnon y Vrij (o algo asi, lamento no tener mejor oido para el hindi), hermosas hijas de un barquero con los dientes negros de mascar paan (betel) a las que al final compramos sendos pares de velas de sebo floreadas puestas en cuencos hechos con hojas secas encoladas que se lanzan al rio flotando encendidas.
Con el cansancio acumulado del viaje y del frio que habia pasado no me encontraba en mi mejor momento, de hecho creo que el peor, no tenia humos para risas y solo deseaba encontrar alojamiento cuanto antes. La salida del sol mejoro algo mi estado animico. Una bola roja surgiendo de las brumas en la orilla este del rio que rielaba en multiples destellos dorados creando siluetas con lasw barcas y sus tripulantes, con las bandadas de pajaros que acudian prestos a us primera comida, la lucha fiuera de un grupo de cuervos contra un solitario mochuelo que apenas conseguia esquivar a sus perseguidores. Esas son las imagenes que mi mente cansada por el poco sueño recuerdan de mi primer amanecer sobre el Ganges. Primero y ultimo.
De los cinco dias pasados alli, salvo el primero que amanecio despejado, el resto fueron dias donde el sol apenas llegaba a brillar. Una bruma espesa y de humedo frio se empeño en hacernos dificiles las vistas lejanas.
Conseguimos encontras antes de las doce otro alojamiento muy recomendable para viajeros sanos, es necesario firmar un papel comprometiendote a no beber ni fumar en su interior, en realidad a "no usar sustancias narcotizantes de cualquier tipo", un empeño loable pues es una ciudad donde las oportunidades de conseguir alguna que otra sustancia ilegal esta a la vuelta de cada esquina. Hay millones de esquinas en Godaulia.
Sri Venkateswar Lodge, en la calle Dasaswamedh, muy cerca de los gats y de la calle principal del comercio de Godaulia. Es un sitio apacible, totalmente enrejado, a prueba de monos, donde hay un ambiente familiar y alguna que otra dificultad para tener agua caliente que se suple a base de cubos. Bañarse con un cubo es todo un rito, lo unico que hay que tener en cuenta es algo de cuidado para cuando te agachas a coger el champu o el bote de gel, procura no dejar los grifos a la espalda porque la sensacion de clavarte uno de ellos en ese lugar donde amargan los pepinos es sumamente curiosa, no apta para cardiacos.
Los dias trancurridos en esta ciudad nos han permitido ampliar nuestro vocabulario hindio, cuando tras tres veces has dicho "no, thank you sir" a los requerimientos comerciales de gran parte de la poblacion local, es mano de santo decir "nahim sir" (no señor) un poco mas serio. Si eso aun no es bastante entoncs hay que emplear la artilleria pesada para combatir la pesada artilleria del oponente diciendo "Vaagho!!" con gesto adusto y un ademan de la mano, "!!dejame, fuera de aqui!!". Normalmente al oir eso se dan media vuelta, dejan de insistir y se van a tirar el anzuelo a otra parte. Da un cierto placer el sentir que uno domina algo la situacion y con esas dos palabras dejas de ser un turista del monton.
Salud

domingo, 21 de diciembre de 2008

Mahananda Expres

Hago aqui un llamamiento a los viajeros de espiritu sensible y estomago poco dado a los excesos con la comida exotica. El mejor remedio que hay para evitar que un esfinter se vaya de varilla cada dos por tres es reservar un viaje nocturno en este tren.

Garantizo que esas almas sensibles con sueño ligero y esfinter de diametro variable podran estar seguros de tenerlo cerrado hasta la proxima vuelta a sus respectivos domicilios.
Y es que las patrullas rurales de la provincia de Bihar, con sus vetustos fusiles en bandolera atados con cadenas y el variopinto conjunto de vestimentas que portan (nada parecido a un uniforme), parecen mas una cuadrilla de bandoleros y salteadores de caminos y trenes que fuerzas del orden publico. La primera vez que los vimos pasar, de unas pocas decenas, aparecieron por un extremo del pasillo mirando hoscamente a todo bicho viviente, entre los que nos incluimos, y sin mediar palabra apartaban a su paso al personal disperso por el tren.

Como en cada estacion que paran los trenes, el control de las fuerzas del orden implica una inspeccion ocular del pasaje, ya estabamos acostumbrados a encontrarnos con uniformes de distinto tipo, algunos parecian reciclados de las fuerzas australianas de la II GM, otros del imperio bristanico, unos con quepis, otros con turbante sij o hindi, cada provincia con sus particularidades.
La de Bihar creo que es la que menos presupuesto tiene para uniformes y armamenteo, pues las prendas eran particulares de color pardo, mas por el desgaste que por el color que llevaran en lejanos dias, y las armas con mas peligro para el que dispara y la gente cercana que para el que la tenga enfrente de el. En cualquie caso mejor no removello pues las culatas siguen siendo solidas y mejor no tentar la suerte, asi que nos quedamos serios y dispuestos a decir "!!Si Señor!!" a la minima.
Bromeando Juan conmigo, me comenta que se fija en como me mira la gente, camisa hindi, chaleco multibolsillo, foulard local y barbita junto con un tono de tez morenito. Al parecer la gente se aparte de mi ligeramente cuando paso con la cabeza alta, me dice que parezco pastun o pakistani o de por alli cerca, cosa mala estos dias en que algunos sectores de la india piden que se declare la guerra al vecino. El caso es que despues de oir eso uno se queda un poco intranquilo pensando que algunos me miran como si fuera a estallar en mil pedazos en breve tiempo, nada mas lejos de mi pensamiento, por eso procuro dejar bien claro mi andalusianismo de vez en cuando con algun palabro de los que usamos por mi barrio de Malaga. Eso y ponerme la nariz de payaso cada cierto tiempo.
Dado el largo trayecto y las dificultades para dormir que tenia me dio por pasear vagon arriba y abajo durante la madrugada. en estas estaba, mirandome al espejo de la zona de retretes cuando aparece por la puerta un indio larguisimo y con fusil en ristre, este si llevaba un uniforme completo, por su mirada inquisitiva, dos ojos abiertos como focos, mirandome fijamente sin apartar su vista de mi persona, de nada sirvio la mejor de mis sonrisas para aplacar ese mirada, compendio de los rayos aniquiladores de Vishu, la maldicion de Khali y de mil demonios furiosos, eso es lo que salia por sus pupilas.
Por la puerta estrecha salio otro, y otro mas detras y dos mas que llevaban una caja envuelta en tela y con mil sellos de lacre, todos ellos bien armados. La mirada del tipo aquel se me clavaba en los ojos como alfileres ardientes y comprendi, sumandole la apariencia que tenia segun Juan, que lo mejor era hacer mutis por el foro, "sal de aqui cagando leches Manolo, que este tio no sonrie ni mijita". En cero coma dos estaba en mi litera completamente tapado con la manta y haciendo como que roncaba por si las moscas.
Las largas travesias en tren por la india tienen otras ventajas, aparte del deporte de riesgo de parecer lo que no eres, y es otro deporte de riesgo que en europa te cuesta como minimo una multa. Ir con la puerta del tren abierta somandote a contemplar el paisaje.
Una campesina cosechando el arroz, unos chavales chapoteando en el mismo barro donde unos bueyes no paran de rumiar, una chica que tras la dura jornada y el correspondiente baño se peina su largo y oscuro cabello reflejando los brillos de un sol palidecido por la bruma, rapaces a la caza de pajarillos que se han atiborrado de moscas, ciclistas de vuelta a sus casas desde el trabajo, la escuela o quien sabe donde. Parejas con una patulea de mocosos andando por un camino polvoriento, pajaros de brillantes colores cuyo nombre desconozco pero estan por todos lados, gente feliz, gente descontenta, gente en una llanura interminable y un tren que serpentea por ella como el rio que cruza la milenaria ciudad a donde nos dirigimos, Varanasi.
Salud

viernes, 19 de diciembre de 2008

Cuesta abajo y sin frenos



Asi bajan los todoterrenos desde Darjeeling para ganar tiempo y hacer mas viajes al dia, se buscan la vida jugandose la propia ademas de las ajenas. Suerte tienen de tener tantos dioses y tan cercanos porque de no ser por ellos habria mas desgracias en la sinuosa carretera de acceso al pueblo desde el valle 2000 m mas abajo.
Despues de esperar durante unos dias y de consultar varios partes climaticos decidimos dejar las alturas y descender.
Ademas el ambiente de Darjeeling se nos estaba volviendo algo claustrofobico, tocaba salir.
Recoger el petate, un buen baño, el desayuno potente y a buscar un vehiculo.
Durante los dias pasados aqui soliamos comentar que caracteristicas deberia tener un buen conductor de estos lares para ir mas seguros el dia que decidieramos bajar. Una persona mayor, responsable y con hablar tranquilo. Al final nos subimos en el primero que nos dio cancha para bajar al grito de "Siliguri, Siliguri!", un chaval joven acompañado de otros dos que se ocupaban de vocear a cada lado de la carretera por si habia mas paisanos dispuestos a jugarsela con ellos por unas rupias. Ojos muy abiertos y sin dejar de mascar el paan de roja saliva.
Por fortuna aun quedaban los ultimos coletazos de la jornada independentista con alguna que otra retencion y cortes de carretera nos permitieron tener un descenso mas relajado.
Despues de tres horas acabamos enfrente de la estacion de tren de Siliguri, no la del nudo ferroviario donde desembarcamos hace unos dias.
Puesto que es una ciudad industrial (para estas latitudes no es comparable ni a Bilbao ni cualquier otra europea) con pocos turistas, solo de paso para enlazar con cualquiera de los multipes trenes que pasan a diario por este cruce, pasear por ella resulto de lo mas sorprendente, apenas habia personas distintas de los locales, no habia el bombardeo continuo al que acaba uno acostumbrandose en otros enclaves mas visitados.
Como llegamos casi al final del dia, buscamos un hotel cercano y dimos con uno llamado Siligur Lodge, una habitacion amplia pero sin ningun lujo ni agua caliente, por lo visto alli no se estilaba tener calentador de agua, a base de cubos te podias bañar por 10 rupias extra. Para no tener que deambular de noche decidimos tomar la habitacion y buscar como resolver el tema de encontrar un billete de tren para salir de alli. Descubrimos muchos mosquitos y Juan, que no habia tomado proteccion contra la malaria, se avino a tomar una de las mias y comenzar el tratamiento complementado con un buen repelente cutaneo y un aparatito insecticida electrico.
Nos fuimos directos a la ventanilla de reservas donde nos atendio una persona que nos daba una sola opcion que pasaba por viajar al dia siguiente durante 20 horas al menos hasta Varanasi (con los correspondientes retrasos supondria mas de un dia en tren) asi que optamos por otra solucion, buscar una agencia a ver si de verdad funciona lo que dice la guia.
Efectivamente, en poco tiempo nos busco otra combiancion de 16 horas con algun que otro truco para tener reservado el pasaje en litera superior (en alto) y con algunos km extra de facturacion. Su nombre, Mahananda Expres. Pero en lugar de irnos al dia seguiente nos iriamos un dia despues. El truco consiste en pagar billete desde una estacion anteriro y pagarlo hasta una posterior al destino elegido asi se obtenia una ventaja y la comision respectiva tambien subia hasta los 300 rupias de sobre coste al billete, dada la comodidad elegimos pagar y cerrar el asunto para irnos a comer, que "jabia musha jambre".
Acabamos cenando en una especie de burger hindi, camareros uniformados y comida rapida, los bocatas occidentales que ni miramos y comida india de factura rapida. Como vimos movimiento nos dio confianza y entramos, no estuvo nada mal.
Bien cenados, cerrados los billetes de salida y con una dia mas por delante nos fuimos a dormir pensando que al dia siguiente buscariamos otro dormitorio despues del desayuno.
Acabamos en un lugar llamado Apsara, familiar y limpio, tranquilo y tambien cerca de la estacion.
De nuevo a la ventanilla de reservas del tren, esta vez los primeros ne la cola tras un forcejeo con un local sin consecuencias, bueno si, que al parecer nos hicimos respetar y la persona que nos atendio fue muy eficiente y en breve tiempo nos consigue un billete reservado con litera para dentro de una semana desde Varanasi hasta Delhi. Este se llama Kashi Vishwanath Expres.
Ya resueltas todas las dudas respecto a los proximos desplazamientos, no fuimos calle abajo para atravesar el rio por un puente enorme que podeis ver en google earth si os asomais, los niños jugando a perseguir objetos flotantes en sus aguas por si algu uso extra pudiera sacarse del mismo, personas lavando ropa, vacas deambulando a la busqueda de su yo interior, en fin, la india para novatos.
Buscamos un internet, cosa que no resulto facil, pues como dije apenas hay visitantes extranjeros y se ve que es algo que no esta al alcance de la mayoria, nosotros necesitabamos ultimar detalles de la diaspora en busca de nueva documentacion y tarjetas. Tengo que hacer mencion de mi hermano Guillermo, que buscando tiempo de donde no lo tenia y a pesar de tener enferma en casa a su hija recien nacida, realizo los tramites necesarios para anular tarjetas, pedirlas nuevas y buscar como hacerlas llegar hasta la embajada para que dentro de unos dias podamos recogerlas. !!GUILLE, ERES MAGNIFICO!!.
Nos metimos a comer a un restaurante cerrado, con ventilacion, donde nos parecio ver gente comiento que resulto no comian, hacian cuentas, ya era tarde asi que apencamos con nuestra hambre y nos pedimos de comer en abundancia, si no mata que engorde al menos. La jugada nos salio magistral, buea comida y abundante, con un unico pero, mi amigo Juan no consigue que le pongan la comida lo suficientemente picante para su paladar, lleva todo el viaje pidiendo salsa picante extra para paliar la deficiencia, es su cruz en este periplo.
Tras la copiosa comida el cuerpo nos pedia a gruitos un paseo, cosa que hicimos gustosos pues nuestro horizonte de tareas para el resto del dia estaba a cero. Preguntamos por un mercado popular para ver de cerca la vida comun. Una ampla avenida con chabolas a cada lado, unas hileras de puestos de reciclaje de botellas de agua, trapos, sacos de arpillera, ladrillos, carbon, mil cosas que por aqui solo acaban el los vertederos los ves alli como objetos del comercio. Al llegar a un cruce, con un guardia de plastico con turbante (parecia muy quieto y efectivamente era de plastico), giramos a la izquierda. Nuevas hileras de puestos por el lado que habiamos tomado, enfrente un canal recogia todas las aguas negras de un barrio completo, cuando nos fijamos bien resulto ser un barrio de profesionales del sexo pues los carteles eran en hindi pero muy explicitos, un condon sonriente inviataba la visitante a tomarse en serio el riesgo de contagio. Atravesamos un dedalo de callejuelas hasta que fuimos invitados amablemente a salir de alli.
De vuelta al hotel, un baño refrescante y a cenar que ya es tarde, de nuevo al local de comida rapida y fiable de ayer.
Al dia suguiente tocaba .... Mahananda Expres.
Salud

Nubosidad variable

Visto que el informe del meteorologo de turno no nos era favorable ni siquiera para asomarnos a la colina del Tigre, meternos hacia Sikkim para tener gravitando sobre nuestras cabezas amenazas de mal tiempo nos hizo tomar la determinacion de salir de najas buscando otros destinos, volveremos en otra ocasion. Si el tiempo y la autoridad lo permiten, empleando el simil taurino.
Tras 3 dias en el hotel del descalabro, que teniamos pagado desde el primer dia, quizas sea esa la causa de no obtener demasiada ayuda por parte de sus gestores, nos traslafdamos a otro hotel a 5 metros y con un nombre similar. The Old Bellevue Guest. Mas barato y con vistas al valle de poniente, siempre que la nube se aparte un poco. Nos permitimos alli el lujo de almorzar un dia sentado a la mesa y contemplando el paisaje que la bruma despejaba de vez en cuando. La comida en Darjeeling nos fue especialmente grata en dos lugares, populares ambos, el primero que ya relate (aunque no fue el primero de los dos) y el de la primera cena en el pueblo donde nos pusimos tibios a Paneer Butrter Masala, un guiso con queso del terruño, !!!mi primera comida consciente con queso!!! todo un descubrimiento para sorpresa de juan que ya me conoce, a mi y a mis neuras.
Ese dia cenando no podia imaginar lo que iba a cambiar nuestro vuiaje a la mañana siguiente. No supimos leer los signos y señales que se nos pusieron por delante. La ultima noche en Delhi, con Laura y Emilio, nos pusieron por delante un libro con imagenes propias y una frase al pie de las mismas, le endosaban el libro a toda persona con la que su camino iba cruzandose dandole la oportunidad de leer la frase y de expresarse a continuacion. Algunos mandaban un saludo, otros un sesudo razonamiento, los mas deseos de suerte y felicidad, todo ello en variopintos idiomas frutos de los encuentros. La frase que nos toco fue "Tienes que construir una puerta para que la oportunidad pueda llamar a ella" a la que recuerdo respondi que la mejor puerta es la que queda cuando abates los muros que te rodean pues ello te hace mas libre (o algo asi), Juan trasncribio parte de una letra de un tema de los Doors, la cancion que dio origen precisamente a su nombre y que habla sobre puertas que hay que abrir mientras que otras hay que dejarlas cerradas.
Toda una premonicion de lo que nos sucederia 1738 Km y 3 dias mas tarde.
Asi que tras cinco noches pasadas en Darjeeling, abandonada ya la esperanza de ver aparecer el pasaporte a cambio de recompensa decidimos que el sexto dia era el dia de bajar al llano, la bruma y al calor de nuevo.
Aqui necesito ponerme la nariz de payaso, fiel compañera, para relatar lo que solo son conjeturas que me pasaron por la mente en esos dias. Al principio crei que los truhanes eran los que quisieron vendernos el pasto, despues pense en el personal del hotel que sabia moverse en silencio, al final deposite mis sospechas sobre alguno de los turistas esquivos que alli habia, gente incomunicativa, especialemte un tipo con rastas y silencioso, pues en mi experiencia solo me han robado occidentales alla donde fui, gente que se cree fuera de toda sospecha al recaer estas sobre los locales, asi consigues estirar su viaje a costa del incauto vecino de alojamiento. Esto solo son conjeturas, por ello os lo escribo con mi bonita nariz de plastico rojo para sorpresa de los presentes. (cumpliendo con las normas que el viaje nos ha echo crear como valvula del buen rollo)
Salud

jueves, 18 de diciembre de 2008

Dicembre es el mes de mas clara atmosfera.

Salvo que las nubes que no deberian aparecer se nieguen a dejar el lugar para permitir al sol calentar las tierra. El tiempo se declaro en huelga general tambien, lo que nunca pasa acaba pasando por el peso de la probabilidad. Visto el nubarron en el que esta sumergida Darjeeling, pospusimos un dia la partida hacia Sikkim.
Nos informamos previamente que para ciertas zonas del lugar no era necesario el permiso previo, bastaba presentarse alli, en Gantok, la capital de la provincia, provisto de 3 fotos de carnet, donde aparezco sonriente y afeitado, la fotocopia del pasaporte con la correspondiente denuncia y algo de pelas pal sustento y pernocta.
Asi que poniendo en practica eso de "camaron que se duerme...", nos hicimos un plan alternativo para deambular por las cercanias esperando que el clima nos fuera mas propicio para los dias siguientes. Habiamos visto unas imagenes de un funicular que comunicaba el valle bajo con el pueblo y nos dispusimos a disfrutar del aereo viaje hasta unos mil metros por debajo de nuestra cota. Un paseo por calles circundadas de arboles de mangos entre otras especies y, como no, una perspectiva menos turistica. Durante el descenso hasta la estacion del telecabina, aun en nuestras mentes la resaca del robo, tirabamos de la nariz de payaso como sen~al de que: haciamos conjeturas, especulabamos, repetiamos un "y si..." y otras zarandajas, dejar a un lado los pensamientos no constructivos para que el viaje no se torciera. Encontramos el remedio perfecto en la nariz roja. Cada vez que uno decia algo que el otro considerara no constructivo, o una tonteria, le pedia que se pusiera la nariz. Funciono. Seguimos con ello, pero ahora suele ser porque decimos tonterias que nos hacen gracia, las especulaciones, los "y si hubiera...", etc, han dejado de estar en nuestro vocabulario del dia a dia. Nos reimos mucho y eso nos parece estupendo.
La bajada nos hizo pasar junto a un local para paisanos que vimos con bastantes comensales, a la vuelta decidimos tomarnos un te alli. Acabamos pidiendo momos que nos fueron servidos con un tazon de caldo muy rico y algo picante, la salsa de los momos tambien era picante, como debe ser, por algo aquel sitio no era para turistas. Al principio un poco suspicaces por el tema de las irregularidades gastrico/intestinales pero teniamos que superar eso y nos parecio, por la gente que alli trabajaba y sus clientes, que era el lugar idoneo. No nos equivocamos, los momos estaban de miedo, la salsa en su punto, el te caliente como el caldo que venia con los momos. Solo 26 rupias por una buena comida autentica, la que mas valoro, no por el precio, sino porque la expresion de los dueños del pequeño negocio estaban felcices de poder dar de comer a extranjeros como nosotros, algo que no debia ser habitual en ese local. No pudimos dejar de pagar algo mas de lo que nos pidieron, dos billetes de 20 eran poco pago a la satisfaccion que estabamos digiriendo. Cuarenta y ocho horas despues de esa comida aun la disfrutamos mas mientras comentabamos que seguiamos cagando sanos y fuertes.
Como el camino de vuelta era cuesta arriba y aun nos quedaba un buen trecho y pocas ganas de ir deprisa nos volvimos a entretener por el camino. Mirando unos liquenes de colores en el talud de tierra humeda, aparecieron unos sonrientes chavales que jugaban con un palo, un palo a secas, el mejor juguete del mundo. (para que luego digamos !!vivan los reyes magos!!)
Yo iba comiendome poco a poco un magdalenos que compramos el dichoso dia de la llegada. Un trabajo confitero muy sabroso, bien hecho, con materias a prueba de bombas, de hecho tras tres dias en su sobre de papel de estraza seguia siendo tan comestible y saboso como el primer dia. Pues eso, ibamos subiendo poco a poco, bromeando, todo felices, sobre lo desgraciados que eramos, cuando se nos echan en tropel los tres chavales para practicar el idioma de los barbaros (nosotros) sus ojos no se separaban del magdalenon, 300 gramos de puro bizcocho muy mantequillado y dulcificado con miel. Les di un cacho a cada uno pero eso fue poco, su mirada golosa era todo un poema, seguro que no lo habian podido comer nunca, comida para guiris fuera de su alcance.
Tuvimos que hacer un alto y sacar la practica navaja que habiamos comprado en Delhi para el viaje, cuatro en una, navaja, abrelatas, cuchara y tenedor, todo un invento practico en acero inoxidable por 100 rupias cada una.
Partir el pastel en cuatro trozos, uno para cada chaval y el cuarto para compartirlo nosotros. Una foto que espero pondremos proximamente os convencera de que merecio la pena compartir el pastel. Ojala los que cortan el pastel se dieran cuenta de eso mismo, compartir es bueno.
Tenemos que mirar la prevision del tiempo para la zona en los proximos dias. Queremos ir hacia el norte.
Salud

Huelga general en Gorkhaland


Una vez recompuestos los animos otras puertas se nos abrian, esto es tan grande que pararse ante una puerta cerrada era no solo una perdida de tiempo sino de energia (vital) asi que manos a la obra.
Pero hoy no, 11 de diciembre no era el dia mas propicio para ello, los paisanos de la zona, etnia Gurka (Gorkha) estaban de huelga general, sus reivindicaciones independentistas se complementaban con acciones de este tipo por toda la provincia, Sikkim y alrededores.
El seguimiento fue masivo, no habia ningun negocio, fuera de la hosteleria, que estuviera abierto, para muchos guiris no era mas que un desagradable inconveniente, nadie sabia donde desayunar ni comer ni comprar, para nosotros, tras el dascalabro de ayer, fue un dia de tranquilidad absoluta y tomamos la opcion de pasear a pie por la carretera hasta el pueblo de Goom a 8 km.
Fue un paseo estupendo con algunas anecdotas muy sonoras.
A la salida del Darjeeling hay un monasterio budista enorme, muy colorido y adornado como suelen estarlo este tipo de monasterios. Al volver de una curva cerrada te lo encuentras encima tuyo, un estridente sonido de campanas tibetanas, cuernos, timbales, cascabeles y voces nos recibio como una ducha. Tras una breve parada para la correspondiente foto seguimos nuestro paseo por la tranquila carretera con apenas trafico. El dia de huelga general ha conseguido que un paseo por la sinuosa carretera sea no solo reconfortante sino tambien muy tranquilo, ya no es necesario andar con mil terceros ojos para evitar el atropello, ni tampoco soportar el estridente sonido de mil bocinas tocando reiterativamente el claxon como si ello diera mas velocidad a las maquinas.
La curiosidad vino cuando nos dimos cuenta que cada vez que torciamos una curva desde la que se divisaba el monasterio, cada vez mas lejano, volviamos a escuchar el maremagnun de sonidos estridentes que surgia de su interior. Llegamos a la conclusion de que, o bien, habia un monje en una ventana provisto de prismaticos y que cuando nos veia aparecer por la siguiente curva, accionaba diligentemente el interruptor de algun sofisticado reproductor de ultima generacion, o bien que no necesitaba el instrumento optico y lo que hacia eran practicas de telepatia y otras extraordinaris percepciones fuera de nuestra limitada comprension occidental, todo para hacernos sentir mas en el ambiente que los turistas anhelan por estas tierras.
Caminando, con tranquilidad pero sin apenas pausas, respirar, beber,observar, saludar, solo haciendo las cosas importantes del camino, fuimos testigos de juegos de niños sin medios pero con imaginacion, grupos de mujeres Gorkhas en huelga de hambre, actividades cotidianas de gente sencilla, la vida al borde de la carretera. Mientras los turistan deambulaban perdidos por un Darjeeling cerrado, Juan y yo vimos a personas en su dia a dia, sin la pesadumbre del trabajo diario, vida dura pero de la que sacan todo lo que pueden. Un grupode niños jugando al tejo, sorprendidos y carcajeandose de un guiri como yo haciendo el payaso. Se nos ocurrio mientras planeabamos este periplo, llevar una nariz de payaso, la tipica bola roja de plastico, para darles a los niños algo distinto a dinero o caramelos, una sorpresa.
Las reacciones eran dispares, algunos te miran boquiabiertos sin comprender porque se me ponia tan roja la nariz, otros, quizas mas despiertos y/o informados, reian a mandibula batiente, la niña que jugaba al tejo, la que tenia que mover la piedra a pata coja por el entramado del dibujo pintado sobre el asfalto, apenas podia mantener el equilibrio de pura risa mientras yo gesticulaba delante suya para delicia de sus compañeros de juego. Ser un payaso endulza sobre todo el espiritu del que se ofrece, perder el sentido del ridiculo es terapeutico y rejuvenece, y de paso, te hace sentir distinto a tanto turista como por estas tierras acabas viendo. Ademas he sido payaso antes que viajero. Pero eso es otra historia.
A la vuelta del paseo nos recogimos para dormir temprano, nuestro horizonte para mañana era irnos a Sikkim, acercarnos a los gigantes de piedra. Y cambiar de hotel. (el nuevo el de la foto, Old Bellavue Guest, mas barato, amplio y con ventanas)
Salud

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Moscas en el paraiso

El primer despertar en Darjeeling fue euforico, el dia anterior, tras una llegada alucinante, con la vision del Kangchengjunga dominando el paisaje, lo dedicamos como ya os escribi, a disfrutar sin mas.
Recogimos velas a una hora temprana tras una cena abundante y deliciosa. Paneer butter masala con arroz frito y verduras, acompañado de sendas cervezas frescas y espumosas. Mi primer contacto con el queso indio fue provechoso, no quedo ni pal ratoncito perez. !!!he comio queso!! (y no queria, oiga).
Lega la hora de dormir y con el buen ambiente que percibimos en el Bellevue, frente a a plaza ce Chowkasta, en lo mas alto de Darjeeling. Alojamiento regentado por tibetanos y con forrado de madera en las habitaciones, calentito, acogedor, un lugar para un merecido descanso de tan largo trayecto desde Delhi.
Tras la ducha matinal voy a colocarme los complementos, a saber, bolsa con pasaporte y tarjetas, el chaleco multibolsillos, pantalon con acoples ocultos y dinero en reserva, la camara al cinto.
El caso es que solo llegue a la camiseta interior antes de notar que algo faltaba en el paraiso.
"Juan, ?donde estan mi bolsa con el pasaporte?", "ya que se, busca por el suelo, se habra caido".
El que se cayo de la parra en ese momento fui yo y mis ciscustancias. Me rendi a la evidencia en dos minutos escasos, me habian firlado la bolsa en la misma habitacion. !!Drama!! , "!!Tragedia!!", "!!intriga!!" "!!Mecagonto!!"
Nos bajamos inmediatamente a ver al que llebaba el garito y todo sonrisas nos dice que nadie puede entrar en el hotel por la noche cuando nosotros mismos a la vuelta de cenar y de dar un paseo por la colina cercana, fuimos testigos de como unos muchachos nos siguieron por las mismas escaleras del establecimiento para intentar vendernos algo de pasto para jipis.
Alli enfrente, en la misma plaza, una oficina de la policia turistica donde vamos del tiron.
La actitud de no tener intencion de resolver nada nos da de golpe en la cara. Nos miramos y la resignacion nos rebota en los ojos. De nuevo al hotel donde el señor tibetano esta mas preocupado por que le firmemos el formulario de entrada y registro para que no le multen que por conseguir resolver la situacion.Volvemos a mirar en la habitacion y noto la falta de dos cacharros mas, menos importantes pero sin duda que un pelin jodida su falta, los binoculares y las tarjetas de las fotos realizadas hasta el dia de ayer.
Tras una hora de ofuscacion, y con una labor conjunta de ambos en pro de que la marea no nos arrastrase, conseguimos poco a poco ir retomando la rienda de nuestro periplo.
Afortunadamente en anteriores estados habia usado la cabeza para llegar a conclusiones, que hoy mas que nunca, me haria falta llevar a la practica y que junto a Juan nos consiguio llevar a un mejor estado animico y de anistad a toda prueba.
Me referia a lo de no sufrir por lo que aun no ha llegado para disfrutar del presente y no perder el tiempo.
Costo lo suyo, no puedo decir lo contrario, en los dias pasados en Darjeeling, haciendo la cuenta de los dias, intentando comunicar con la embajada, resolviendo la anulacion de las tarjetas, cuadrando el nuevo presupuesto para dos con los aportes de uno solo, sacar adelante los animos fue cosa de dos y una nariz roja. En fin, aventura, intriga y suspense.
Afortunadamente conservaba una fotocopia del pasaporte y del visado, nos vio a recoger un policia para llevarnos a la comisaria a poner una denuncia, (la conservo como oro en paño por necesidad y por exotismo) no tiene desperdicio, escrita en ingles por Juan y firmada por mi con el nombre de mi padre como dato ineludible sobre papel de estraza.
Esos dos papeles, que me apresure en duplicar por si las moscas, son los que me permiten viajar por la India desde ese dia.
El dia acabo de forma muy emotiva, con una charla entre amigos de hace treinta años que acabaron siendolo ya para toda la vida, con la promesa de volver en breve plazo a realizar el viaje que nos acababan de truncar, pues ir a Nepal ya no entraba en nuestras posibilidades sin el pasaporte afanado.
Buscar lo positivo dentro de lo negativo.
El dia transcurrio lento y a la vez intemporal, rehacer los planes para en futuro cercano y el resto de la estancia en este subcontinente, dejar de lado lo que ya no estaba a nuestro alcance y buscar otros destinos que pudieran suplir los caminos que se nos cerraron.
Estabamos a las puertas de los Himalayas, Sikkim ahi al lado, sacarnos fotos de carnet (las que traia estaban ..., si, justo en la bolsita) nos informamos y gracias a un encuentro fortuito, conocimos a Bill, un paisano de Darjeeling que trabajaba en Londres y que estaba de vacaciones con su familia, se vino con nosotros, dio mil pares de vueltas comentando nuestro caso con todos sus conocidos, dimos el toque dando a entender que la aparicion del pasaporte implicaria una recompensa, que lo demas no importaba.
Nos lo volvimos a encontrar esa noche cenando, la primera de una larga serie de invitaciones de juan, y de motu propio se nos acerco a onvitarnos a unas cervezas. El estaba con su familia a la que habia llevado a un restaurante caro de alli a cenar, yo particularmente me senti alagado por sus deferencias, triste turista desvalijado en su pueblo, y por su sincero interes en hacer mi estancia algo mas feliz.
?que perdi ese dia? un poco de dinero, unas pertenencias materiales, quizas lo peor fue que nos cerro la posibilidad de viajar a Nepal, pero eso se puede volver a cumplir en otro tiempo. Como decimos entre la gente que practica deportes de montaña, "procura bajar a tiempo que ya volveras, las montañas siempre estaran ahi esperandote".
Viendolo desde la distancia de unos dias y desde la cercania de un amigo, apenas he perdido nada, me acorde de Adela, Ivan e Iñaki, ellos perdieron mas que yo, perdieron la posibilidad de conocer mejor a Iñaki Ochoa, al que conocieron en el campo base del Annapurna, el que ahora vaga por las montañas que amo (con acento) y que yo vi por primera vez cuando llegamos a Darjeeling.
He perdido unos prismaticos que ya use al llegar para ver las montañas claramente, no me costaron nada y pesaban poco, pero pesaban. He ganado ligereza.
He perdido una carcasa electronica para registrar visiones, he ganado el abrir mas los ojos para poder describir a mi familia y amigos lo que observo y vivo, tambien he ganado ligereza y ya no tengo que estar vigilante del cacharro. He perdido un cuadernillo con mi foto y muchas palabras, algunas de las cuales desconozco y otras que no comparto, me daran otros papeles que me serviran para llegar de vuelta y poder partir de nuevo cuando ello sea posible, ademas ya hemos hecho promesa solida de regresar para nuevos proyectos de viaje.
Yo particularmente he ganado mas de lo que he perdido, un amigo para toda la vida, aunque creo que esta frase debe ir en plural, porque son varias personas las que el camino me ha puesto delante.
Salud.
(continuara)

lunes, 15 de diciembre de 2008

Estamos en Varanasi, atras 6 dias muy intensos ...



Tanto que apenas voy a escribir unas lineas para haceros saber que seguimos vivitos y coleando.
Hemos llegado muy temprano, a las 4:35 AM despues de tomar un vehiculo desde la estacion de Muglal Sarai estamos confirmando una habitacion para las proximas jornadas, necesitamos relajarnos, comentar y escribiros lo que nos ha ido pasando estos dias atras.
Como siempre, aprendiendo dia a dia que es lo importante de la vida.
Un fuerte abrazo.
Mensahibs Juha Guru y Potilla Guru.
Estad atentos porque hay suspense, intriga, aventuras y muchas gana de vivir.
(El tema de las fotos ya lo intentaremos solucionar, ahora necesitamos dormir como lirones)

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Dejando atras la llanura




Lisos como piel de bebe, asi estan los neumaticos del coche en el que vamos a emprender el camino, tal es su estado que mientras acomodan la carga en el techo decidimos que la bajada debemos hacerla no muy temprano por si la carretera se humedece mas de la cuenta.
Conforme nos acercamos a las estribaciones de los himalayas desaparece la bruma que nos ha envuelto desde DElhi, el aire se torma mas puro y fresco, a pesar de ello damos cabezadas de cansancio tras dos noches (+1) de dormir poco y/o mal, pero estamos llegando.
Saludar a las gentes con las que nos cruzamos y recibir una amplia sonrisa nos hace flotar, eso y que el conductor no le teme a la carretera, los barrancos que la circundan en cada curva ni a nada, sea sea cual sea esta nada.
Tras una infinidad de curvas a cual mas cerrada y peligrosa, los cruces con otros vehiculos y mas gente, de repente aparece nuestra primera vision de una enorme montaña, el Kangchengjunga, verla en un dia claro como este me supone notar como se me erizan los vellos del cuerpo, dejo atras el cansancio acumulado y lo torno en asombro y gozo.
Juan, en la ventanilla opuesta disfruta como puede de tan angosto espacio, sin embargo veo en su mirada, quizas no el mismo, pero si, tambien gozo de estar alli.
Gorkaland, la tierra de los Gurkas, gente de la montaña, acostumbrada a la vida y condiciones duras, etnias variadas, tibetanos, gentes de Sikkim, nepalies y otras cuyo nombre desconozco, tambien hindis, bengalies, imposible de numerarlas, y como no, guiris como nosotros, aunque no tantos como en otros lugares mas calidos del subcontinente. Llegamos a una buena hora, las 10 de la mañana.
Bajamos del coche y notamos un cambio fundamental con el llano, no te acosan tanto para buscar negocio.
A buscar alojamiento, tiramos para arriba a buscar alguno con buenas vistas, la claridad del aire nos lo pide, acabanos por decidirnos por el hotel Bellevue, en lo alto de Darjeeling, vistas sobre la plaza y los himalayas. No hay palabras.
Decidimos hacer de ese dia un dia para darnos el homenaje, comer y beber bien, no dar un paso mas rapido que el anterior y no hacer ningun plan, solo disfrutar.
A eso nos dedicamos durante el dia 8 de diciembre del 2008, el dia que mis ojos se posaron por primera vez sobre los Himalayas.
Salud

1738 kilometros de descubrimientos






Por fin de nuevo me toca sentarme tranquilo a escribir una nueva entrada en esta ventana al resto del mundo donde familia y amigos espero se asomen a vislumbrar lo que hay del otro lado del cristal.
Deciamos ayer (el tiempo sigue siendo relativo en la India) que despues de un dia farragoso conseguimos billetes para un tren hacia Siliguri (busquenlo en sus respectivos mapas) a 100 km al sur de Darjeeling.
La salida desde la estacion de trenes de Old Delhi a las 23:30 supuso un viaje en rickshaw emocionante, "?nos esta llevando al sitio correcto?", por fortuna y tras un arduo trabajo de remolque por parte del conductor que nos llevaba vimos aparecer la fachada de la estacion correspondiente, le dimos una buena propina pues de un principio nos pidio un precio mas justo que los demas conductores y ademas se gano el sueldo.
Ya en el tren, para cuya busqueda necesitamos de nuevo la ayuda de un mozo de cuerda de la estacion, aunque a decir verdad el fue el que nos calo nada mas llegar, dos guiris perdidos buscando un tren interminable.
Nos llevo hasta el compartimento que teniamos asignado/reservado, ocho personas para un viaje de 32 horas.
De entre todas ellas mencionar al Mensahib Dominic (asi se pronuncia), originario del extremo mas oriental de la india (mira otra ves el mapa) colindante con Birmania. Una persona entrañable que se desperto y se bajo del tren para indicarnos donde tomar el jeep para Darjeeling.
Treinta y dos horas despues y tras 1638 km de llanuras y brumas, atravesando campos en epoca de cosecha, gente sencilla que no se molestaba en levantar su vista del trabajo que realizaban, un tren mas de los miles que en su vida veran pasar, algunos sin tan siquiera usarlos una vez en su vida, lo dicho, desembarcabamos en la estacion de New Jaipalguri y la pregunta: ?seguir del tiron o parar en esa ciudad?, DEL TIRON, otras tres horas mas en un todoterreno con buen aspecto de carroceria pero con unas mas que preocupantes cubiertas en los neumaticos. Aprovechandolos al maximo, podrian usarse para forrar pies de gato reciclados (pregunten a sus amigos escaladores).....
La subida es al principio no es subida, el llano sigue hasta que aparecen los primeros relieves tras la bruma que nos acompaño tantos kilometros. El calor que se siente con la humedad ambiente va desapareciendo conforme se gana altura, por el camino, el cruce de miradas y gestos con los aldeanos que estan a lo suyo pero que siempre tienen tiempo para devolverte la sonrisa.
Cansados del largo viaje en tren damos cabezadas en el bamboleante vehiculo que, curva tras curva, nos acerca al destino de esta etapa, Darejeeling.
Salud