jueves, 25 de diciembre de 2008

Afinando con el regateo y los regates !!una jarta de complicao!!


Durante los cinco dias que pasamos en Varanasi no hubo dia en el que el regateo y los regates no estuvieran presentes.
Para moverte, para comprar cualquier cosa, para asomarte a una esquina, para preguntar, quitandote los zapatos, cuando te sientas, basta pararte para tener que usar del ingenio , la paciencia y la capacidad de aguante.
Vas paseando por la calle, comentando la jugada con el compa, y ya te han calado.
?Españolo? !si! ! ah! Hola hola, cocacola, mira mira Cashemira, estribillo al que hemos añadido la frase "vaya caca de la vaca"(nota para conocimiento de los proximos visitantes de la India).
La respuesta es rapida y contundente y no es raro encontrar a quienes saben incluso conversar algo en castellano.
El ejemplo Rahul, que desde el primer dia nos estuvo viendo cada mañana al salir del dedalo de callejas que se llama Godalia.
Cada dia se nos pegaba preguntando cuando ibamos a ir a su tienda a comprarle de todo, muy simpático pero insistente, como respuesta recibio una posibilidad futura de ir por allá antes de irnos.
Buscando callejones poco frecuentados por los viajeros anduvimos por zonas fuera del circulo próximo a Godaulia para ver algo mas que lo que sale en las postales. Nos fuimos a ver un templo, que era mas del saber que del creer, pues lo que tenia en su interior era un mapa en relieve (hecho en mármol) de todo el subcontinente, con la parte relativa a los Himalayas especialmente llamativa.








Para llegar a el, a 4 km de distancia, habia que andar o tomar un ricksaw. Al llegar al cruce donde tienen su parada te recibe un constante requerimiento de subir a su vehiculo con el tipico movimiento de cabeza que aqui significa "subete a mi motocarro sin preguntar el precio que te vas a enterar". Nosotros, viajeros novato-veteranos ya les entrabamos con la pregunta del precio para Mantra Mata Mandir, que era nuestro destino.
En otra entrada posterior ya daremos pistas de las cuestiones practicas de un viaje a la India, aqui solo adelantaremos que tomamos como norma no premiar la codicia.
A una oferta desorbitada respondiamos con un aspaviento exagerado y directos al siguiente conductor, asi hasta que la oferta bajaba de una determinada cantidad. Los mas desalmados no dudaban en pedir el sueldo de dos semanas a ver si colaba, doscientas, quinientas, trescientas por un viaje de 30 rupias. !Cuantos turistas no habran pagado los que les pedian a la primera!.
Cuando la cosa se ponia dura, por eso de que se ponen de acuerdo en la parada para no bajar de una cantidad, entonces tocaba comenzar a caminar y acercarse poco a poco al destino hasta que conseguiamos un buen precio. Despues de andar uno de los 4 km conseguimos subir a uno que acepto el precio de 50 por el viaje. A los 200 metros se para para pedirnos mas dinero, tardamos menos de dos segundos en bajarnos del cacharro para dejarlo descompuesto y sin pasajeros. Seguimos caminando, y como ya sabiamos la direccion acabamos por llegar paseando, en medio del ruidoso trafico, hasta que por fin nos pudimos quitar los zapatos para entrar.
A la vuelta decidimos cortar camino a traves de uno de los barrios musulmanes con un ambiente muy distinto del de Godalia. Un paseo en el que apenas nos cruzamos con turistas y en el que vimos parte de la Varanasi menos postalera. Callejones llenos de musulmanes mezclados con hinduistas, comercios de todo tipo para los locales, grupos de niños vociferantes y alegres a los que sorprendimos con un numero comico basado en la sempiterna nariz roja, una cisterna o estanque abierto junto a un pequeño templo aledaño a una de las multiples mezquitas de la ciudad, en el cielo cometas, cometas, cometas.


Orientandonos por el sol acabamos dando con el extremo noroeste de Godaulia tras cruzar la calle Chauk. Elegimos uno de los callejones que teniamos enfrente, tan estrecho como oscuro, y fuimos a parar a la entrada de un templo hindu protegido por la policia armada (años atras fue asaltado por musulmanes exaltados por otro asalto a una mezquita realizado por hinduistas exaltados, donde las dan las toman), en la puerta una turista con cara de asombro porque no la dejaban pasar y a su pareja si, de hecho el tio siguio para adelante y la dejo atras, descompuesta y sin novio. Seguro que esa noche el iba a dormir calentito. Casi todos los puestos y tiendas de la zona estaban dedicados a ofrendas religiosas y tras caminar otro poco acabamos donde estaban los tallistas de lingams. Preguntas al primero, te pide tanto, le preguntas al siguiente medio metro mas alla y te pide tanto menos 1, das dos pasos y el siguiente te pide tanto menos 2, no es asi exactamente pero casi. Ya conseguiste tu pequeño lingam con su yoni tallado en piedra por 20 rupias. Precio para hinduistas 2 rupias. Primera oferta 100 rupias.
La cosa se pone mas dificil para comprar ropa, sobre todo la buena, aunque la de calidad turista les reporta mas beneficios a los comerciantes porque estadisticamente te la clavan mas veces. Ahora toca continuar con la historia de Rahul. El dia antes de partir fuimos alla para acercarnos a su tienda, despues de tantos y efusivos saludos intercambiados esos dias no podiamos hacer otra cosa. Soliamos hacer el truco del polimalo-polibueno para meternos en las tiendas de los bazares, uno se muestra interesado y el otro examina exahustivamente las mercancias con gesto adusto haciendo aspavientos de vez en cuando. Como el tal rahul sabia algo de castellano, todos han tenido un primo rulando por barcelona, pues haciamos mas gestos que palabras. Juan comenzo a probarse camisas, unas mas anchas que otras pero todas estrechas para el, ,mientras conseguia acordar un precio que le parecio correcto. Como no encontro camisas de su talla le ofrecieron hacersela alli mismo en un par de horas, le tomaron medidas en el taller de costura enfrente del su tienda, le enseñaron la tela igual que la de las camisas que le gustaron y le subieron el precio por ser de encargo, mas o menos el doble del precio regateado. Ademas de dejar una señal a cuenta.
Puesto que teníamos dos horas nos fuimos hacia el sur a visitar la zona de los ghats menos vista hasta llegar a la mismísima orilla del Ganges sin nada mas que vacas, vaqueros, y cacas de vaca y vaqueros.


En ese extremo de la zona empedrada había un certamen de dibujo donde jóvenes estudiantes realizaban carteles acerca del terrorismo con los sucesos de Mombay aun cercanos.
Fijándome en ellos me pare a observar a un muchacho cuyo cartel, realizado con acuarelas y tempera, tenia muy buena técnica a mi entender y se lo hice saber con mi pobre ingles. Al día siguiente los expusieron en ese mismo espacio colgados de un cordel tendido entre farolas, arboles y columnas. Observando de cerca los carteles acabe siendo objeto de una grabación en vídeo por parte de algún familiar o profesor que, para que yo saliera entero, hizo apartarse a una mendiga, con niño en ristre cual herramienta de trabajo,y que no paraba de agarrarme de la manga para que me compadeciera de ambos por la mugre que acumulaban. La explotación infantil por la mendicidad es moneda común en los sitios mas frecuentados. Me niego a fomentarla y me entran ganas de cubrir de improperios a los turistas que la fomentan dando limosnas con tal de quitarse a los mendigos de encima.
Pasaron las dos horas y para alla que nos fuimos a la tienda de Rahul. Allí los encontramos, felices, exultantes y contentos, Rahul, el padre de Rahul y el sastre de Rahul con una camisa extendida sobre el mullido suelo de la tienda.
Lo primero que me llamo la atención de la nueva camisa es que tenia los mismos pliegues de haber estado metida en una bolsa como la camisa que le enseñaron pero que le estaba estrecha. Nuevo examen minucioso y descubro, casualidad de casualidades, el mismo defecto en la costura de una de las mangas, las mismas costuras desalineadas en el cuello, !!por el bien amado Ganesh que era la misma camisa!!. Aspavientos, amplia gesticulación latina, poner la mano y pedir los dineros entregados. Ante tamaña desvergüenza nos fuimos indignados a buscar otro comercio del bazar. Regateos, fintas, polimalo-polibueno y después de todo lo dicho acabamos encontrando mejores precios y sin trucos. Seguro que a un buen precio para el certero comerciante al que le caímos del cielo.
En definitiva, dejarse llevar por el primero que pasa y te ofrece el oro y el moro con amplia sonrisa suele llevarte a una camisa recién hecha con pliegues antiguos. en cualquier caso, la única forma certera y fiable de saber cual es el precio verdadero en la india es ser indio o haberle salvado la vida a un indio y que te lo agradezca de veras convirtiéndose en tu mas fiel amigo siempre y cuando este, el indio al que salvaste la vida, no sea comerciante.


Hasta aqui lo concerniente al regateo, ahora toca hablar de los regates. Regate es cuando consigues escurrirte con una hábil maniobra o con escurridiza finta. En la India no se juega mucho al fútbol porque no se quiere que la gente sepa cuadrar lo de los regates, esa es mi impresión, pues para sobrevivir como viajero hay que entrenar y mucho.
Pongamos por caso un día normal, de esos que te levantas después de un buen sueño y con hambre. Sales a la calle y toca quiebro de cintura para evitar a la sagrada vaca que sube por la calle como si esta fuera suya, que lo es, dejando caer allá y acullá unas buenas bostas fresquitas, por lo reciente de las mismas, humeantes de vapor y blanditas, lo suyo para amargarle al mañana al pinrel en su chancleta que tan ricamente has lavado y secado hace un rato, finta a un lado , luego quiebro al lado contrario, te internas por la banda.
Por la banda vas como quien sale de paseo por callejones estrechos como del ancho de tus brazos extendidos pero un guirigay de bocinas y pitidos te va diciendo que, o te apartas o te pasan por encima sin miramientos, en esta vida o en cualquiera de las reencarnaciones del indio que va encima de la moto con el dedo pegado al pulsador del claxon. Aquí las motos y coches llevan el mecanismo del claxon al contrario que en occidente, cuando lo pulsas deja de sonar.
Apartas la cadera al unisono que los brazos para que no tener que hacer la llamada al seguro medico que contrataste y descubrir que no te cubre los accidentes de circulación por atropello en todo el territorio indostano.
Milagrosamente llegas a los ghats incólume pero con el precalentamiento hecho para enfrentarte a la vanguardia del equipo contrario, una hilera de delanteros dispuestos a hacerte sinuoso el trayecto desde un ghat a otro.
El viajero intrépido se interna por la banda creyéndose al margen de miradas pero le sale al paso un "Namaste mister, A boat?", dos cortos no "thank you" seguidos de un " very much" que son recibidos con "A bout sir, tu jandre rupi". Con un quiebro de cintura arremetes con un "nahin, nahin plis" que encuentra de frente a una niña de ojos grandes "A puya sir, forti rupi, sir" y antes de lanzarle un "no zenkiu tu veri mach" te salen al paso de nuevo con "a bout veri chip, uan jandre fifti, sir", intentas pasarle al compañero pero ves que esta rodeado por todos los lados y en una hábil maniobre recuerdas las palabras magicas "vaagho" y de repente llega la paz. Hasta que das dos pasos mas y de nuevo se suena el pitido de inicio de otro partido. Regates y mas regates hasta la hora de llegar a dormir al hotel.


Ese hotel tan tranquilo, donde al registrarte, tienes que poner todos tus datos, hasta el nombre de tu padre, y finalmente firmar un papel donde te comprometes a no usar ningún tipo de sustancia narcotizante pues estas en el mismísimo centro de la sagrada ciudad de Varanasi. Son las diez de la noche, te has recogido tras los regateos y regates, es la hora de toque de queda en el hotel y no importa porque no queda nada abierto (o casi) en Godaulia.
Una relajante ducha, tender la ropa a secar, acostarte para el justo descanso de tanta batalla regateril, comentar las anécdotas del día y poco a poco conciliar el sueño de los justos. Son las 12:20, un estruendo de campanas llena la ciudad, el templo junto al hotel esta de ceremonias rituales que se repiten cada dos horas durante toda la noche, entonces comprendes porque te han hecho firmar ese papel acerca de los narcóticos. No quieren que por nada del mundo te pierdas la espiritualidad de la ciudad que baña el sagrado Ganga, !!!menuda ganga!!!.
Menos mal que hemos tenido la feliz ocurrencia de traer tapones de goma para las orejas. Todo un acierto que no dejaremos de recomendar a los intrepidos viajeros.
Salud.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola compañero potilla ya veo que sigues pa lante contra vientos y maleantes.
En el año 1000 el sultán Mahmud, rey de Jurasán (actual Afganistán), se adentró en territorio indio, generando un imperio musulmán. En 1310 entraron los mogoles al norte de la India. En 1398 el conquistador mogol Tamerlán entró en la capital, Delhi, y dominó todo el norte de la India. El culto uzbeko Babur —descendiente de Tamerlán y de Gengis Kan— fundó el Imperio Mogol.
En el 2008 se adentro en territorio indio el Sultán POTILLA rebolucionando el imperio mongol.
Hazte de un rakhi asi te dara protección por un año.
Ojalá las pulgas de mil vacas sagradas indias infecten el culo de quien intente joderte el 2009 y que sus brazos sean tan cortos que no pueda rascarse. ¡Feliz año nuevo 2009!
Jaime.