viernes, 5 de diciembre de 2008

Rostros, Baksheesh y Mas Encuentros

Hoy me apetecía comer picante sin censura y me fui a la terraza habitual para tomar un Vegetarian Nepalee Khan con mi primer lassi de Banana Mango Mix (tenia ganas de probarlo por un documental de Al Filo de lo Imposible).

Nada mas llegar reconocí a un grupo de hispanoparlantes al que el día anterior oí hablar durante el almuerzo. Iñaki, Ivan y Adela, llevan viajando por la india y alrededores desde principios del 2008 ellos en bici y ella les sigue en tren, suelen llegar ellos antes que ella. También tienen un blog que apenas he tenido tiempo de ojear pero que seguro acabare leyendo con atención.

Adela e Ivan

Mi primer gran viaje también fue en bicicleta pero ni tan lejos ni tan largo, desde Málaga hasta Doñana y quince días
Sorprendido, así me he quedado cuando ojeando su blog veo que coincidieron con Inaki Ochoa en el campo base del Annapurna en la que fuera su fatídica expedición, leo que hicieron buenas amistades con ellos, como suelen serlo las amistades que se crean en este tipo de viajes, para toda la vida, en este caso, para toda la eternidad.
Seguí la tragedia de Inaki cómodamente instalado en el occidente de donde vengo y he aquí que las lineas de la vida se entrecruzan formando esa trama que llamamos presente. Creo que deberíais prestarle la atención que merece esta peripecia humana reflejada en la virtualidad de tu pantalla.

http://lashistoriasencontradas.blogspot.com/
He comenzado por el final de este día, aunque a decir verdad no es nada cierto, el tiempo no es lineal para mi en este viaje, me he acostumbrado a mezclar y entrelazar tiempos y sensaciones, como se mezclan los olores en esta ciudad que, hoy por hoy, sigue siendo aun la única parte de la India que voy conociendo.
Cuando salí ayer del Raju Internet Cafe, me fui, tal como dije, a buscar una sombra bajo un mango a leer un poco, camine por Main Bazar hasta que lo deje atrás y pase junto a un pequeño templo hindú con vacas en la puerta rumiando tumbadas, estiércol alfombrando la puerta de acceso y moscas, eternas golosas de azúcar y mierda, que para ellas son la misma cosa.
Había un señor con turbante y ropajes blancos que disertaba frente a un grupo de mujeres y en mi pobre ingles le pedí permiso para reposar un rato a la sombra en el recinto, un leve gesto con la mano y sin problemas, no pude leer mucho, acabe un capitulo como pude y salí de allí a dar una vuelta y que me diera el aire, aun no se explicarme porque me brotaban con tanta facilidad las lágrimas que me impidieron leer, quiero pensar que es mi alergia porque el lagrimeo no acabo en llanto, pero la congoja si que la note. Cosas de la India.
Así que me propuse acabar con la tarjeta de memoria de mi cámara haciéndole fotos a la gente y ver su reacción, quería comprobar si había diferencia entre retratar a los hindúes o a los extranjeros.

Efectivamente, los extranjeros son mas siesos, los hindúes ganaron por goleada.

En el proceso, los rapaces de la calle, que son mas listos que el hambre que pasan, viéndome tan puesto haciendo fotos se ocuparon de mi, nada malo, al contrario, una pareja de chavales se dedicaba a hacer contorsionismo y piruetas (ella) mientras el, con un bigote pintado de betún, tocaba el tambor, no pude por menos que ofrecerles una baksheesh (propina) pues no eran los pedigüeños mal acostumbrados a pedir limosnas a los turistas, estos se lo curraban. Al final del numero acuerdo con ellos darle cinco rupias a cada uno y saco un billete de diez, le falto tiempo al chaval para agarrarlo y salir como alma que lleva la mismísima Kali la Sanguinaria. Descompuesto y sin novia me vi frente a la pobre niña que se lo había currado mas que el chaval allí delante mía con ojos brillantes esperando a ver que hacia yo. Pues no podía hacer otra cosa que darle otro billete igual a ella y pensar "menudo rapaz mas espitoso". Hoy por la mañana los he vuelto a ver justos frente al observatorio Jantar Mantar, que bien que se lo tienen montado, y a pesar de todo creo que se lo curran muy bien, digo lo del numerito de la huida y la desamparada.
Continué mi camino aquella tarde, fijándome por primera vez en los tenderetes y comercios de la calle, batiburrillo de colorido y olores, de sonidos estridentes y de humos polvorientos, sudor de turistas mezclado con el olor de las frutas y de las cloacas.

Me fui a comer al Golden Cafe, que de dorado tiene bien poco pero se come barato, me conocen, me dan cambio cuando lo necesito y sirven cervezas bajo la mesa para evitar ser multados en un país donde el alcohol no es bien recibido. Aunque también creo que es para vendértela mas cara porque esta por todas partes, sobre todo al anochecer, y tienen muchas marcas, la que tomo se llama KingFisher con el dibujo de un Martín Pescador de brillantes colores.
Lo curioso de la comida de ese día es que no se como de repente me envolvió un intenso aroma que reconocí como almizcle, sin duda, la única vez que lo olí así fue en Marrakesh hace una eternidad, esa donde Inaki camina junto a las montañas.
Esta mañana me he levantado dudando que hacer, ¿buscar cuchara y navaja para el resto del viaje?, ¿preguntar precios de sándalos y alcohol metílico?, ¿hacer el guiri?.


Como en menos de 24 horas ya habrá llegado Juanito desde Helsinki, y si hay suerte, salimos pitando pal norte, no quise perderme la oportunidad de visitar el observatorio astronómico de Jantar Mantar, (100 rupias pa los guiris) un conjunto de instrumentos de precisión para medir ángulos de estrellas y controlar el paso del tiempo con error de un segundo, no leéis mal, tienen un reloj solar que es capaz de medir la hora con esa precisión, eso si, con el meridiano de Delhi, el de Grenwich además de ser ingles es posterior y menos bonito.

El conjunto de construcciones se encuentra algo deteriorado, las marcas de precisión están borradas por secciones pero en otras se pueden ver las marcas de grado, décimas de grado y tercios de estas ultimas.


Por algo el concepto de numero cero fue inventado en la India, las matemáticas le deben mucho pero ya se sabe, la historia la escribieron los ingleses que tenían mas cañones y bombas que arcos, flechas y espadas los hindúes.
Pensando en estas cosas y también en otras menos profundas, como ir a desbeber, pues todo lo que entra acaba por salir, oía como consignas al otro lado de las verjas del complejo.


Banderolas rojas, el verde caqui de la policía, megáfonos y consignas. en esto que veo una bandera comunista y héteme aquí, curioso yo y sin nada urgente que hacer, dando una vuelta para ver que ocurre. (aquí es donde volví a ver a la parejita del numerito montándoselo en un semáforo).
La mayoría de las pancartas están en Hindi, algunas en ingles, así que leo que protestan porque han subido las tasas de combustible con descuentos para los grandes consumidores pero no para el trabajador por cuenta ajena, la misma historia de siempre aunque con mas tragedia aquí donde las diferencias sociales no se miden por siglos sino por siglos/luz (metáfora exagerada mu andaluza).
El caso es que me he tenido que acercar y en mi pobre ingles he querido expresarles lo siguiente, "my father is a member of de comunist party, my grand fader is deat for de fascist army in the civil war of spain, my heart is whit you" flaca contribución a problemas tan acuciantes pero me lo han agradecido creo que sin comprenderme bien (o nada) creo que el gesto de ponerme la mano en el corazón y ofrecérselo a ellos ha sido mas elocuente. De allí marche cagándome en el sentimiento de pena, tan cristiano como destructivo.
Ya conté al principio que almorzando conocí a este trio del que ahora descubro cosas en su blog, después estaba citado con Subhash en su almacén de ropa para tomar un te.


Ayer le regale dos tortas de Algarrobo que me quedaban en la maleta para que probaran, el y su familia, un dulce de mi tierra. Al principio rechazaba la comida pensando que no era conforme a sus creencias, no come carne aunque no se su religión exacta, sabiendo que esto podía pasar fui acompañado de mi sempiterno diccionario y de la bolsa original para traducirle los ingredientes uno a uno, solo así se convenció de llevarlo a su casa y compartirlo. Hoy me ha dicho que le ha gustado mucho a el y a su familia, quiero creer que lo han probado y que Andalucía y la India han compartido sabores.


Ya deje atrás hace días el sentimiento de soledad, nunca mas solo en este viaje aunque me falte la compañía, pero eso justamente cambiara antes de 24 horas.
Llega Juanito.
Salud

1 comentario:

Ivan y Adela dijo...

pues un placer conocerte Manuel,
sobre todo tu entusiamo, nos impregno de lo mejor de esas tierras andaluzas que llevas en la lengua y la sangre.
divertios en Sikim y en las montanas, que son hermosas.
un abrazo.
adela e ivan