viernes, 19 de diciembre de 2008

Cuesta abajo y sin frenos



Asi bajan los todoterrenos desde Darjeeling para ganar tiempo y hacer mas viajes al dia, se buscan la vida jugandose la propia ademas de las ajenas. Suerte tienen de tener tantos dioses y tan cercanos porque de no ser por ellos habria mas desgracias en la sinuosa carretera de acceso al pueblo desde el valle 2000 m mas abajo.
Despues de esperar durante unos dias y de consultar varios partes climaticos decidimos dejar las alturas y descender.
Ademas el ambiente de Darjeeling se nos estaba volviendo algo claustrofobico, tocaba salir.
Recoger el petate, un buen baño, el desayuno potente y a buscar un vehiculo.
Durante los dias pasados aqui soliamos comentar que caracteristicas deberia tener un buen conductor de estos lares para ir mas seguros el dia que decidieramos bajar. Una persona mayor, responsable y con hablar tranquilo. Al final nos subimos en el primero que nos dio cancha para bajar al grito de "Siliguri, Siliguri!", un chaval joven acompañado de otros dos que se ocupaban de vocear a cada lado de la carretera por si habia mas paisanos dispuestos a jugarsela con ellos por unas rupias. Ojos muy abiertos y sin dejar de mascar el paan de roja saliva.
Por fortuna aun quedaban los ultimos coletazos de la jornada independentista con alguna que otra retencion y cortes de carretera nos permitieron tener un descenso mas relajado.
Despues de tres horas acabamos enfrente de la estacion de tren de Siliguri, no la del nudo ferroviario donde desembarcamos hace unos dias.
Puesto que es una ciudad industrial (para estas latitudes no es comparable ni a Bilbao ni cualquier otra europea) con pocos turistas, solo de paso para enlazar con cualquiera de los multipes trenes que pasan a diario por este cruce, pasear por ella resulto de lo mas sorprendente, apenas habia personas distintas de los locales, no habia el bombardeo continuo al que acaba uno acostumbrandose en otros enclaves mas visitados.
Como llegamos casi al final del dia, buscamos un hotel cercano y dimos con uno llamado Siligur Lodge, una habitacion amplia pero sin ningun lujo ni agua caliente, por lo visto alli no se estilaba tener calentador de agua, a base de cubos te podias bañar por 10 rupias extra. Para no tener que deambular de noche decidimos tomar la habitacion y buscar como resolver el tema de encontrar un billete de tren para salir de alli. Descubrimos muchos mosquitos y Juan, que no habia tomado proteccion contra la malaria, se avino a tomar una de las mias y comenzar el tratamiento complementado con un buen repelente cutaneo y un aparatito insecticida electrico.
Nos fuimos directos a la ventanilla de reservas donde nos atendio una persona que nos daba una sola opcion que pasaba por viajar al dia siguiente durante 20 horas al menos hasta Varanasi (con los correspondientes retrasos supondria mas de un dia en tren) asi que optamos por otra solucion, buscar una agencia a ver si de verdad funciona lo que dice la guia.
Efectivamente, en poco tiempo nos busco otra combiancion de 16 horas con algun que otro truco para tener reservado el pasaje en litera superior (en alto) y con algunos km extra de facturacion. Su nombre, Mahananda Expres. Pero en lugar de irnos al dia seguiente nos iriamos un dia despues. El truco consiste en pagar billete desde una estacion anteriro y pagarlo hasta una posterior al destino elegido asi se obtenia una ventaja y la comision respectiva tambien subia hasta los 300 rupias de sobre coste al billete, dada la comodidad elegimos pagar y cerrar el asunto para irnos a comer, que "jabia musha jambre".
Acabamos cenando en una especie de burger hindi, camareros uniformados y comida rapida, los bocatas occidentales que ni miramos y comida india de factura rapida. Como vimos movimiento nos dio confianza y entramos, no estuvo nada mal.
Bien cenados, cerrados los billetes de salida y con una dia mas por delante nos fuimos a dormir pensando que al dia siguiente buscariamos otro dormitorio despues del desayuno.
Acabamos en un lugar llamado Apsara, familiar y limpio, tranquilo y tambien cerca de la estacion.
De nuevo a la ventanilla de reservas del tren, esta vez los primeros ne la cola tras un forcejeo con un local sin consecuencias, bueno si, que al parecer nos hicimos respetar y la persona que nos atendio fue muy eficiente y en breve tiempo nos consigue un billete reservado con litera para dentro de una semana desde Varanasi hasta Delhi. Este se llama Kashi Vishwanath Expres.
Ya resueltas todas las dudas respecto a los proximos desplazamientos, no fuimos calle abajo para atravesar el rio por un puente enorme que podeis ver en google earth si os asomais, los niños jugando a perseguir objetos flotantes en sus aguas por si algu uso extra pudiera sacarse del mismo, personas lavando ropa, vacas deambulando a la busqueda de su yo interior, en fin, la india para novatos.
Buscamos un internet, cosa que no resulto facil, pues como dije apenas hay visitantes extranjeros y se ve que es algo que no esta al alcance de la mayoria, nosotros necesitabamos ultimar detalles de la diaspora en busca de nueva documentacion y tarjetas. Tengo que hacer mencion de mi hermano Guillermo, que buscando tiempo de donde no lo tenia y a pesar de tener enferma en casa a su hija recien nacida, realizo los tramites necesarios para anular tarjetas, pedirlas nuevas y buscar como hacerlas llegar hasta la embajada para que dentro de unos dias podamos recogerlas. !!GUILLE, ERES MAGNIFICO!!.
Nos metimos a comer a un restaurante cerrado, con ventilacion, donde nos parecio ver gente comiento que resulto no comian, hacian cuentas, ya era tarde asi que apencamos con nuestra hambre y nos pedimos de comer en abundancia, si no mata que engorde al menos. La jugada nos salio magistral, buea comida y abundante, con un unico pero, mi amigo Juan no consigue que le pongan la comida lo suficientemente picante para su paladar, lleva todo el viaje pidiendo salsa picante extra para paliar la deficiencia, es su cruz en este periplo.
Tras la copiosa comida el cuerpo nos pedia a gruitos un paseo, cosa que hicimos gustosos pues nuestro horizonte de tareas para el resto del dia estaba a cero. Preguntamos por un mercado popular para ver de cerca la vida comun. Una ampla avenida con chabolas a cada lado, unas hileras de puestos de reciclaje de botellas de agua, trapos, sacos de arpillera, ladrillos, carbon, mil cosas que por aqui solo acaban el los vertederos los ves alli como objetos del comercio. Al llegar a un cruce, con un guardia de plastico con turbante (parecia muy quieto y efectivamente era de plastico), giramos a la izquierda. Nuevas hileras de puestos por el lado que habiamos tomado, enfrente un canal recogia todas las aguas negras de un barrio completo, cuando nos fijamos bien resulto ser un barrio de profesionales del sexo pues los carteles eran en hindi pero muy explicitos, un condon sonriente inviataba la visitante a tomarse en serio el riesgo de contagio. Atravesamos un dedalo de callejuelas hasta que fuimos invitados amablemente a salir de alli.
De vuelta al hotel, un baño refrescante y a cenar que ya es tarde, de nuevo al local de comida rapida y fiable de ayer.
Al dia suguiente tocaba .... Mahananda Expres.
Salud

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Y escribes todo esto sin respirar?

Genial blog, Espero poder hacer un buen viaje en plan mochilero por esos lares!.


Saludos!.