Aprovecho las ultimas horas en Delhi para poner algo de orden en este blog.
Hoy no es día 29 de mayo, es el día 13 y estamos en Pokhara, ayer estuvimos todo el día para resolver el alojamiento de las próximas 3 semanas (Hill Side, 400 NPR al día entre 3), con algún que otro roce por fin resolvimos poner el huevo de una vez, nos fuimos a la otra punta de Lakeside para quitarnos del ruido de Torremolinos que es así como llamamos a esa zona tan turística.
Nos fuimos andando bordeando todo el lago por el atajo, o sea, por la orilla en lugar de la carretera, eso da lugar a ver escenas cotidianas mas que turistas, gente trabajando en una especia de paseo marítimo que evite daños con la subida de las aguas, en la zanja trabajando mujeres, hombres y niños/as, no sabemos si es un trabajo comunal o si cobran por ello, mas tarde sabemos que la edad de escuela gratuita del estado es muy corta y cuando acaban muchos menores tienen que trabajar. Esperemos que eso cambie.
El sendero va subiendo primero zigzagueante, después se acomoda al lomo del bosque y no para de subir lentamente hasta encontrarse con un collado que flanqueamos para ir por el lado que da al lago, cuyos reflejos vemos a través de las ramas mientras caminamos.
Cuando nos queremos dar cuenta al doblar un recodo aparece la blanca cúpula de la pagoda una centena de metros mas allá, delante un kiosco minúsculo que regentaba una bella muchacha (casi todas las muchachas/os son bellos en Nepal, la sonrisa les hace luminosos/as) un refresco con reposo tras la caminata y a darle una vuelta a la pagoda.
Entrar cuesta rupias, le damos una vuelta en el sentido de las agujas del reloj y nos vamos a buscar la bajada directa al lago, la vuelta la haremos por encima de las aguas.
Apenas 20 minutos de bajada por un sendero empedrado completamente (aun no lo sabemos pero Nepal esta lleno de senderos empedrados y escaleras en pleno monte, menudo curro hecho a fuerza de lomo y mano), llegamos a un embarcadero con tarifas reguladas, tres personas una barca y remero por 125 rupias, el remero pesaba la tercera parte del que menos pesaba de nosotros tres, nos situó a cada uno en una posición dentro de la embarcación y lentamente remando se dispuso a pasarnos al otro lado un par de km mas allá El chaval, calculo que de unos 12 años, sabia lo que se hacia y en media hora estábamos pisando la orilla habitada.
Al día siguiente tocaba subir a Sarangkot, pero eso ya lo he contado, próxima entrega: "vida y costumbres de Pokhara y como el turismo le afecta"
Salud.
Manuel
1 comentario:
Manuel!!!
No se si te acuerdas!!! Unpaseilloporelmundo.blogspot.com!!!
Que ilusion saber de vosotros y saber que volveis a las andadas.. recordando y añadiendo nuevas experiencias a las ya vividas.
Un fuerte abrazo y miles de besos.
Laura y Emilio
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