miércoles, 24 de agosto de 2016

De nuevo en Delhi, es domingo 22

Con algo de tiempo extra por la hora de llegada. El trámite es el esperado, ir a primera hora a la embajada a conseguir el papelito de marras, o sea, el que me permita seguir camino y salir del pais cuando proceda.

lo que no resulta al final ni tan fácil ni tan claro, hay que ir a una oficina del gobierno indio para que me pongan el pase de salida para el día de la vuelta, un tramite gratuito según todas las informaciones.

agenda del día, muy temprano tomar un taxi hasta la embajada, ver como entrar, pedir el salvoconducto (mi primer salvoconducto oficial), después otro taxi hasta la oficina de exteriores del gobierno,  ya solo de ver la fachada da repelus, colas por todas las puertas.

Sin la compañía de Juan seria mucho peor. localizada la oficina correspondiente toca hacer cola, a la Indu, o sea, mucha cola. Nos toca el ultimo mostrador de la larga ristra, un simpático señor que con el característico movimiento de cabeza y una sonrisa nos pide los papeles y se va, al rato vuelve y por lo bajini nos pide algo de monimoni, ante la perspectiva de reclamar a voz en grito que como me pide dinero si es gratis y otras lindezas, con la sabiduría que da la experiencia en el subcontinente sumado al mas que probable extravío de los papeles si no le damos algo, optamos por decir que de monimoni hay ya poco, que si le valen una rupias que llevo encima, unas 2500 pts al cambio, mas que suficiente para que se lo gaste en vino u ofrendas varias al gusto, parece que funciona y me busca los papeles ya con todos los sellos y firmas necesarios.

Salimos del edificio, bien sudados pero satisfechos, a buscar donde  llenar el buche que la vida sigue como el rio, con flores y fangos.

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